𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐂𝐄

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LA MERODEADORA BLACK
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CAPÍTULO TRECE

ESPERO TU LLEGADA EN ESTAS VACACIONES, leyó Antares la carta que le había enviado Walburga Black

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ESPERO TU LLEGADA EN ESTAS VACACIONES, leyó Antares la carta que le había enviado Walburga Black. Cerró los ojos mientras sentía como los latidos de su corazón aumentaban. La sangre se le había subido al rostro y las lágrimas no tardaron en salir. Ella no quería ir. Se limpió las lágrimas rápidamente, cuando recordó que estaba en la sala común. No quería que la vieran llorar


Estaban a pocos días de que fueran las vacaciones de Pascua, y James les había propuesto reunirse en su casa. Todos sus planes se habían arruinado. Y otra vez las lágrimas comenzaron a salir.  Alice, una chica de cabello muy corto que cursaba en su mismo año se dio cuenta del estado de Antares. Le causo aún más curiosidad no verla con sus amigos y hermano. Ya que parecían uña y mugre. Siempre juntos.


— Antares, ¿estas bien? — Preguntó la joven de cabello corto.


La chica Black alzó su vista para mirar a Alice con sus ojos verdes, cristalizados. Las lágrimas bajaban por sus mejillas. — Si. — Asintió la castaña.


— ¿Estas segura? — Insistió Alice. — ¿Quieres que vaya a buscar a tu hermano?


Antares negó. — Estoy bien, Alice. No te preocupes. Y gracias por tomarte la molestia. — Le dio una sonrisa de labios cerrados.


— No hay porque. Cualquier cosa aquí estoy. — Aseguró Alice.


Antares recogió sus cosas y se dirigió a las escaleras que daban para su habitación. Soltó un suspiro de alivio cuando vio que no estaban sus compañeras de habitación. Seguramente habían ido a ver el entrenamiento de Gryffindor. Al que ella también tenía pensado ir, pero después de leer aquella carta, se le quitaron las ganas.


Un maullido se escuchó en la habitación. En su cama se encontraba Parker. Antares le sonrió a su mascota y lo tomó entre sus manos y lo acercó a su pecho. El gato comenzó a ronronear ante las caricias de su ama.


Antares sabía perfectamente que de esta no se podía salvar. Sabía lo que pasaría una vez que llegara a la casa de los Black.


— Al menos tú si estarás conmigo. — Dijo Antares mientras se recostaba en su amiga. — ¿Verdad?

El gato de alguna forma pareció entender y maulló para después morder y lamer levemente la nariz de Antares. Cerró sus ojos y se dispuso a intentar descansar.



𝐋𝐚 𝐌𝐞𝐫𝐨𝐝𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 → 𝐉𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora