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TREINTA Y UNO DE OCTUBRE había llegado, el día y época favorita de Antares Black. Ella no entendía que tenía ese día que lo hacía tan especial, tal vez las mesas del gran comedor repletas de dulces o las bromas pesadas que hacían. Incluso las calabazas flotantes que adornaban el gran comedor. Se iba más por lo primero. A sus casi diecisiete años le seguía fascinando.
Antares Black entró al gran comedor junto con sus amigas y compañeras de habitación Marlene McKinnon y Dorcas Meadowes. Por fin había llegado la hora del banquete y Antares, hambrienta, se acercaba hacia sus amigos quienes hacían burlas entre ellos mismos. Marlene y Dorcas se despidieron de ellas para ir con Lily Evans, Antares asintió de acuerdo, ella no trataba a Evans desde la primera vez que se conocieron aunque algunas veces compartían palabras pero no mucho, así que agradecía que sus amigas entendieran eso y también le dieran su espacio con sus mejores amigos. La castaña tomó asiento entre Sirius y James, abriéndose paso — prácticamente aventó a ambos chicos hacia los lados — con sus brazos.
— ¿Por qué esas sonrisas? No me digan que acaso les alegre mas la noche... oh, esperen eso es siempre. — Habló Antares con una sonrisa traviesa, sus ojos brillaban diferente a otros días comúnmente y la razón era por "31 de octubre" todos sabían que era su época favorita del año.
— Y más las mías, preciosa. — James le apartó unos cuantos mechones que cubrían su pálido rostro. Antares le regresó la mirada.
— Creí que esa era Evans, Jamie — Sirius soltó una carcajada cuando su hermana dijo aquellas palabras.
— Ya te dije que solamente fue un capricho. — Mascullo el de anteojos frunciendo sus cejas. Sirius, Antares y Peter se miraron entre sí.
— Claro, un berrinche que duró años. — Comentó Sirius con sarcasmo mientras tomaba una tarta de calabaza mientras se echaba miradas discretamente con una persona. Antares se dio cuenta de aquello pero lo pasó por alto. Centro de nuevo su atención en James.
— Era más que obvio que James se cansó de las tantas humillaciones que tuvo por Evans. No se como fue qué pasó ese "berrinche" pero estoy feliz por ello. — Hizo comillas con sus dedos — Aunque seguirás andando de braga en braga. — Murmuró lo último recibiendo una mirada intrigada del miope. Antares aún recordaba perfectamente los insultos y gritos que la pelirroja le daba a James cada vez que se le acercaba a pedirle que saliera con el.
— Eso no es verdad.
— Si lo es — Murmuraron todos sus amigos incluso Peter quien se encontraba muy atento a la comida y los dulces que había esa noche.
— ¿Y eso te molesta? — Alzó ambas de sus cejas mientras quitaba sus lentes.
Antares tomó un trozo de tarta de chocolate y lo metió a su boca para después decir:
