𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎𝐍𝐂𝐄

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LA MERODEADORA BLACK
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CAPÍTULO ONCE

EL REGRESO A CLASES Para los Merodeadores y maestros de Hogwarts — incluso estudiantes — había sido tranquilo y silencioso

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EL REGRESO A CLASES
Para los Merodeadores y maestros de Hogwarts — incluso estudiantes — había sido tranquilo y silencioso. Cada clase que asistían los Merodeadores se encontraban en pleno silencio, extrañando a los profesores y alumnos el comportamiento de cada uno, a excepción de Remus Lupin. Los demás pertenecientes al grupo llevaban al rededor de casi un mes sin hablar, no hablaban para nada. Era estresante para ellos mismos como para sus compañeros. Era extraño no escucharlos hablar. Pero para James, los mellizos Black y Peter, era un gran logro, habían puesto en marcha el primer paso para convertirse en Animagos y había sido un éxito. Pudieron tener la hoja de Mandragora — después de que Remus y Antares robaran unas cuantas hojas del invernadero de la profesora Sprout — habían logrado tener un mes aquella hoja en sus bocas.Después de un mes parecía que ahora todos extrañaban el silencio de Los Merodeadores. Porque finalmente había vuelto a sus rutinas de siempre. Ser unos rebeldes, charlatanes y hacer bromas. Incluso delatar a Peeves y que el Poltergeist los delate a ellos. Aunque Antares siempre llegaba a un acuerdo con él mientras no se meta con ellos en algunas ocasiones, mientras que James le daba ideas para hacerles la vida imposible a varios estudiantes, entre ellos, Severus Snape. Peeves estaba entre la espada y la pared, pero como tal bromista que era se llevaba más por sus impulsos ocasionando el caos. Y en algunas veces era amenazado por el prefecto, Remus Lupin, con hablarle al Barón Sanguinario cuando no dejaba en paz a los estudiantes.







Antares Black observaba desde las gradas junto a Remus Lupin y Peter Pettigrew la práctica de Quidditch de Gryffindor, aunque el segundo se encontraba leyendo un libro y el último comiendo unas frituras. Estaban más que nada ahí por James Potter y Sirius Black, ambos cazadores y uno de ellos el capitán. Quien los había obligado a ir a ver la práctica. Antares encontraba el Quidditch interesante y un pasatiempo entretenido. De no haber sido por la caída que habría sufrido en su primer año en el equipo de los Leones como buscadora, estaba segura que estaría ahora mismo sudando y arrastrándose en el piso, por el entrenamiento tan pesado que les había puesto James. Una sonrisa se dibujó en el rostro de la chica al notar a su mejor amigo con su rostro lleno de seriedad, era increíble ver como podía parecer alguien y ser realmente lo contrario. Recordó cuando todavía no podían hablar y fueron los primeros entrenamientos del equipo, Marlene tuvo que terminar dando las indicaciones, porque ni James y Sirius podían hablar por razones que desconocían todos.





Varias chicas que se encontraban dispersas en las gradas soltaban grandes suspiros mientras observaban a dos Merodeadores, Black y Potter. Antares giró sus ojos fastidiada. Pero su atención se desvió a una chica rubia que no quitaba sus ojos de Remus.



Oh no, Rubia. Moony ya es de Gwen.




— ¿Qué tal todo con Wayland? — Preguntó Antares ganándose la atención de su amigo.






— No se a que te refieres. — Murmuró el rubio cenizo frunciendo su rostro. La castaña alzó ambas cejas hacia el. — no es como si fuera tan importante, pero, estuvimos mandándonos cartas durante las vacaciones. Solamente eso, Ant.





— ¿Te gusta? — Preguntó con una sonrisa divertida, sus ojos verdes le miraban intensamente. A Remus le tomó por sorpresa aquello. El tampoco sabía realmente si le gustaba. Aunque ya había pasado bastante tiempo de que había conocido a la chica Hufflepuff y había puesto a pensar en si le gustaba, pero era raro, le atraía, porque hacía sentirlo bien con su presencia, podrían hablar de cualquier tema sin aburrirse y ella parecía comprender su amor hacia los libros y el chocolate. Especialmente los libros Muggles, ya que Gwen venía de una familia no maga.





— No sabría responderte con seguridad. Se que siento algo por ella, pero no sé específicamente bien qué, bien podría decir que una amistad pero no podría asegurarte nada. Me atrae. — Respondió con sinceridad. Antares se acercó a él para abrazar su brazo. Remus recargó su cabeza sobre la de Antares.





— igual, solo te dire mi palabra. Ella es la indicada para ti Moony.





Remus sonrió ante sus palabras mirando hacia un punto lejano.
Antares dejó de prestar atención en la práctica para mirar a Peter quien parecía — al contrario de ella — emocionado por el entrenamiento. La chica sabía que Peter no había podido pasar las vacaciones con ellos porque había salido de viaje con sus padres. Quienes por lo que sabía estaban teniendo problemas, que afectaban a Peter. Su padre era Muggle y no parecía aceptar que su hijo fuera un mago. Eso afectaba la relación padre e hijo.






— ¿Y qué tal todo, Peter? Tus padres... — Peter centró sus ojos azules en su amiga. Se removió incómodo.





— Papá sigue igual que antes, Ant. — Negó triste el rubio. — Al parecer mamá y papá se van a divorciar.





— Todo estará mejor, Peter — Le alentó Remus. El nombrado asintió.






— Si, se que será lo mejor. Para todos. Las peleas se hacían cada vez más constantes y eso no llevaría a nada bueno. — Comprendió el chico. Antares le dio una sonrisa de labios sellados mientras sus ojos lo miraban con calidez.



— Todo mejorará Pete.







James Potter estaba exigiendo y desgastando a todos. En una semana tenían partido contra Hufflepuff, aunque sabían que podrían ganar con ellos, lo menos que quería el capitán era confiarse. El quiere ganar, cada partido, hasta que la copa de Quidditch llegue a sus manos. Y parecía decidido en aquello viendo como todos hacían flexiones en el piso. Mientras algunos murmuraban que el capitán no hacía nada y se suponía que él también tiene que exigirse. Antares estaba caminando hacia al campo cuando escuchó aquello. James también pereció escucharlo pero lo ignoro algo que la chica no hizo una vez que llegó a su lado.






— ¡Ey! Tu. Mejor deja de quejarte y haz las cosas. — Señala a un chico que tenía una mueca de fastidiado — No te incumbe si el hace algo o no. El es el capitán y se hace lo que él diga. — sus mejillas comenzaron arder en vergüenza mientras bajaba la cabeza avergonzando. Admitiendo que tenía la razón la chica.

Los gemelos Gideon y Fabian Prewett, los bateadores del equipo, comenzaron aplaudir a la chica y soltaron vítores. Antares y ellos tenían una buena relación, el par siempre le salvaban el trasero a la chica en los partidos de Quidditch cuando ella todavía pertenecía al equipo. La chica Black les sonrió a los gemelos.




— Gracias — Masculló James con media sonrisa. Solamente para ella. Antares lo observó de reojo.






— ¡Igual no se preocupen! Que yo me encargaré que este fortachón haga lo doble que ustedes. — James alzó ambas cejas hacia la ojo verde quien sonrió divertida.





Un Sirius sudado y sediento exclamó:




— ¡Yo necesito ver eso!








✵✵✵





¿Ya quieren ver más intimidad entre James y Antares? UwU

𝐋𝐚 𝐌𝐞𝐫𝐨𝐝𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 → 𝐉𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora