𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎𝐂𝐇𝐎

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LA MERODEADORA BLACK
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CAPÍTULO OCHO

DICIEMBRE SE HABÍA HECHO PRESENTE Junto con su nieve y frío clima

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DICIEMBRE SE HABÍA HECHO PRESENTE
Junto con su nieve y frío clima. Al igual que las vacaciones de navidad. Antares había alistado todas sus cosas antes de bajar al gran comedor a gran velocidad. No quería perderse el desayuno y quería alcanzar a despedirse de sus amigos. Antares sentía gran felicidad inundarle su cuerpo, los nervios estaban a tope y la desesperación por llegar al tren. Su razón de estar así era que pasaría las vacaciones con los Potter y su hermano, era la primera vez que pasaría navidad James y se sentía realmente feliz. Normalmente sus navidades las pasaba en con los Black encerrada en su habitación después de una magnífica cena organizada por Walburga o festejando con otras familias sangre pura e incluso llegó a quedarse junto con Sirius en Hogwarts, preferían el gran castillo que su casa.




Sus pensamientos fueron alejados cuando su cuerpo chocó con él de alguien más. El cabello azabache, largo y grasiento. El chico se agachó para juntar sus libros que por accidente había derribado Antares. Inmediatamente la chica le brindó su ayuda.





— Una disculpa, Severus. Estaba distraía. — Se disculpó la chica. Severus Snape la ignoró y pasó de largo. Antares ignoró la actitud del chico ya que estaba acostumbrada a su trato. Era su culpa por haber ido contra él todos estos años, desde su comienzo en Hogwarts.





Los Merodeadores se levantaron inmediatamente de sus asientos en el gran comedor para salir de ahí, una vez que habían terminado su desayuno. Antares todavía llevaba un par de panecillos en la mano. Remus Lupin quien iba a su lado tenía el rostro cansado y varias heridas había en su rostro. Habló.




— Yo iré a despedirme de Gwen. Los alcanzaré en la estación. — Todos los pares de ojo se posaron el chico, sus amigos se miraron entre ellos, mientras Antares tenía su mirada verdosa con una pizca de diversión y es que ella no había dejado de molestar a Remus con que le gustaba, Gwen. Para ser sinceros, algo que Remus tampoco sabía.





— Ve a despedirte de tu amada, Moony. — Sonrió Antares señalando con su cabeza a Gwen que se encontraba con su grupo de amigas de Hufflepuff. Remus puso los ojos en blancos y se giró para dirigirse a pasos largos a Gwen.




Antares, Sirius, James y Peter siguieron su camino. Una vez que estuvieron fuera de los terrenos de Hogwarts, subieron a los carruajes que los llevarían a la estación de Hogsmeade. Antares tenía su cabeza en Remus, todos sus pensamientos eran sobre el ahora, pues el licántropo hace poco había tenido otra de sus lunas llenas y de nuevo, solo. Ya que los Merodeadores todavía no lograban con éxito convertirse en Animagos, porque todavía no podían pasar la primera etapa, durar un mes con una hoja de mandragora en la boca. Llevaban al menos dos intentos y en ellos habían terminado tragándose la hoja. Tenían que convertirse en Animagos, si no querían que su amigo pasara otra luna llena solo.




𝐋𝐚 𝐌𝐞𝐫𝐨𝐝𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 → 𝐉𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora