Capítulo 23

35 4 0
                                    

-¡NO EMILY, NO! ¡ESO NO ES NORMAL!- Gritaba mi madre exasperada- Iras a un psicólogo y es mi última palabra.-

-¡NO!, yo no tengo una enfermedad mental, no estoy loca, solo estoy enamorada; no de un hombre, no de una mujer…. Estoy enamorada de una persona.-

- Pues de ser así más vale que estés preparada para vivir fuera de mi casa, porque aquí nadie será una enferma y si tú decides vivir ese estilo de vida yo no te apoyaré, prefiero una hija muerta que una hija lesbiana.-

Sonreí para luchar contra las lágrimas que  rodaban como cascada por mis mejillas, las palabras perforaban muy dentro, su desprecio quedaba claro. Caminé hacia mi cuarto y después de un largo rato de meditación decidí que era tiempo de salir de ahí. Guardé mis cosas más importantes dentro de una mochila y salí de casa, caminando sin rumbo alguno.

El atardecer comenzaba a cubrir con su manto las bellas calles, el frío quemaba y  todo parecía ir mal. Sentía que estaba en una escena de terror, de esas que salen en las películas, pero esto no era una película, y lo que había pasado estaba claro que no era una actuación.

-¡Emmy!- Al girarme vi a Miguel el hermano de Grecia acercarse.

-Miguel que gusto. ¿Cuándo regresaron?-

-Hace un par de minutos, sólo que iba a la tienda por un par de cosas.-

-Me alegro mucho de que hayan vuelto.- Sonreí.

-No podía pasar más tiempo de “convivencia familiar”, era una tortura escuchar a mis padres discutir por el mapa, a mi hermana soñar que es motociclista, entre otras cosas menos relevantes y perturbadoras- Torció la sonrisa mientras miraba al cielo.- ¿Y tú cómo estás?, no te vez muy bien.-

-Siendo sincera, no lo he estado, las cosas se han vuelto un tanto difíciles-

-¿Qué ha sucedido?-me miró interesado.

-Mi madre me pidió que me fuera de la casa.-

-¿Y eso?- Preguntó seriamente.

-Le dije que soy lesbiana.-

-¿Y lo eres?- Sus ojos eran como dos platos extendidos. Totalmente abiertos y sorprendidos.

-Si-

-Wow, jamás lo habría imaginado- Un pensamiento debió haber cruzado sus pensamientos ya que sonrió descaradamente burlón.- Y…. ¿alguna vez has hecho un trio?-

-¡Claro que no!- Contesté alarmada- El hecho de ser lesbiana no significa que voy a tener relaciones promiscuas con cualquier idiota que se me cruza en mi camino, significa sólo que me enamoré de otra mujer y no por ello dejé de ser una.-

-Es broma, es broma… Pero ya enserio, ¿Quién hace de mujer en la relación?- Sonrió socarronamente.

-Las dos. Cuando vas por comida china no preguntas cuál de los dos palillos chinos hace de tenedor ¿o sí?-

-Yo pido cubiertos extra porque no se comer con palillos- Su risa cada vez se hizo más escandalosa.

-No tengo humor para tus chistes el día de hoy Miguel-

-Ya. Lo siento, sólo quería hacerte sonreír, y ya de paso aclarar las dudas que surgen sobre el tema-

-No me causó mucha gracia. No la eh pasado bien en lo últimos días-

-Puedes ir a casa si gustas. No creo que Grecia se oponga. Es un ogro pero en el fondo tiene un buen corazón. Creo que durante los días que nos fuimos tuviste la oportunidad de luchar contra Darth Vader en casa.

Sonreí- Sí. Creo que esa sería otra buena forma de llamarlo-

-Pues ya sabes. El lugar en casa está. Si quieres yo tengo un sable de luz para tu lucha con el mal. –Se rió intensamente.

-Muy bien. En un rato más nos vemos en tu casa. Tengo que irme-

-No te preocupes, hablaré con Grecia y mis padres-

-Por favor no digas a tus papás cual fue la causa de que me saliera de casa-

-No te preocupes, no diré nada-

-Muchas gracias.- Lo abracé con mucha fuerza.

Caminé hacia los camiones que llevaban hacia el lugar donde había ido con Brenda en aquella ocasión y me senté en el asiento trasero con la música puesta en mis auriculares.

De pronto un brazo me jala con una fuerza increíble, sus dedos quedan marcados en mi brazo, siento que mi brazo me punza, por mi mente pasan miles de cosas a la vez, giro mi cabeza y veo el rostro furioso de Cesar al lado de mi asiento.

-Bájate-

-¡No!

-¡Que te bajes!- grito histérico- Aquí no viajan machorras-

-Disculpe joven, pero esa no es manera de dirigirse a una dama.- Un hombre de unos treinta y tantos tomaba por el brazo a Cesar para intentar apartarlo de mí.

-Usted que se mete idiota- Cesar empujó al hombre contra los asientos y este le respondió con un gancho izquierdo sobre su mandíbula.

En ese momento el chofer llegó hacia nosotros, le expliqué lo que había sucedido. Inmediatamente bajó del camión a mi atacante. Todo estaba en orden, pero yo no podía parar de templar.

-Muchas gracias- Dije entre sollozos.

- No fue nada, no importa lo que tu hagas o dejes de hacer, él no tiene derecho a tratarte así- Contestó el hombre mientras se tocaba la espalda con una mueca de dolor. - Espero que te mantengas lejos de ese loco, no sabemos lo que podría ser capaz de hacer.-

Después de la cena en casa de Grecia me recosté sobre su cama. Durante varios minutos di un par de vueltas por su cama, miré al techo e inevitablemente las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos hasta estrellarse sobre el cobertor.

-¿Cómo pudiste dejarme?- Me dije a mi misma. –Contigo podía enfrentar al mundo entero, pero sin ti no puedo ni enfrentar lo que siento. Al final estará bien, todo estará bien- me repito una y otra vez. La almohada está húmeda, he llorado tanto, que podría creer que una tormenta y se concentró únicamente en mi almohada, mis ojos están rojos por tanto llorar y mi cabeza se siente como una bomba a punto de explotar. -Debo tranquilizarme, todo terminará- me sigo repitiendo.

Miro al lado y observo a Grecia dormida profundamente, me giro hacia el otro lado. La canción de “después de ti que” suena dentro de los dos pequeños audífonos, imagino su rostro y deseo con todas mis fuerzas que estuviera junto a mí en este momento.

-Cuando una canción te recuerda todo: su mirada, sus caricias… ¡vaya! Hasta su olor, entonces descubres que es música que te ha llevado al amor- Continuo con mi pequeño monólogo mental.

De pronto suena el celular y al contestarlo veo que es mi mamá.

-Vuelve a casa- Dijo con tono serio.

-Tú me dijiste que era mejor que viviera fuera si decidía ser feliz-

-No está bien, pero tampoco quiero que estés quien sabe en qué lugar, por lo menos así te tengo conmigo.- Suspiró al otro lado del auricular- No quiero que sufras, quiero protegerte de todo aquello que te cause dolor. Ahorita no piensas en las consecuencias, pero en un futuro te arrepentirás.

-No lo haré, ¿Sabes por qué?....Porque todo lo que hago, lo hago con el corazón y cuando el corazón es nuestra guía puede ser todo, menos erróneo.-

Anónimo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora