CAPÍTULO 24
Volví a casa, las pláticas solían dirigirse a todo menos a las relaciones amorosas como si fuese un tabú que desataría la tercera guerra mundial. Durante días y noches el llanto fue mi más cercano compañero, las ofensas que recibía por parte de todo el mundo habían logrado penetrar en mi fuerza interna. No deseaba seguir en un mundo como aquel, con tanto odio a lo desconocido, a lo diferente. Pensé en más de una ocasión en terminar con todo ese sufrimiento, alejar mi alma de todo el mundo y al fin ser libre.
Pasado ya un mes me encontraba en mi casa, sola y sin ninguna intención de salir, su recuerdo irrumpió en mi pensamiento. Suspiré profundamente, pensé en su olor, su figura tan delicada, sus besos inigualables, su arruga en la frente cuando se preocupaba, su sonrisa imparable cuando algo le parecía gracioso; una infinidad de momentos volvieron como una tormenta sobre mí, empapándome de dolor. La extrañaba, deseaba verla, quizá por lo menos estar al tanto de ella, saber que estaba bien. Me hacía falta ella, me hacía falta su amor.
De pronto alguien tocó la puerta principal, y al abrir, un cartero me entregó una carta sin remitente, tan solo con unas iniciales: B. C.
Abrí el sobre con suma delicadeza, solamente existía una persona en mi vida que habría mandado una carta con esas iniciales, saqué las hojas del interior y me dispuse a leer.
Emily:
Hoy tuve un sueño tan escalofriantemente bello que sentí la necesidad de contarlo a la parte de mí que se encuentra escondida muy en el fondo de mi ser, por ello escribo entre llantos y suspiros estas palabras que unidas en perfecta sintonía me mantienen en vela durante toda la noche.
Mientras las luces de la ciudad iluminan la distancia que me aleja de usted, cierro los ojos y aun le veo al lado mío; quisiera tomarle lentamente entre mis brazos, acariciar con dulzura su mejilla y besar como nunca sus labios que me transportan a un paraíso en el que el color envuelve arrebatadoramente nuestras almas y las funde para formar un nuevo amanecer más luminoso e intenso que el anterior.
Quizá nuestros caminos no se separan, tan solo se alejan un poco para dar paso a nuevas rutas, nuevos paisajes por observar, nuevas experiencias que crear; pero al final estaremos unidas inevitablemente por un mismo fin, un sueño de amor hecho solo para ti y para mí, quizá lo único que necesitemos sea estar separadas un tiempo, esperar que todo se calme y estabilizar nuestras vidas, después podremos volver a estar juntas.
Mantenga en su memoria que no le he olvidado y espero con ansias el día que nuestras vidas puedan volver a unirse, no olvide luchar por lo que quiere, pues son esos pequeños detalles los que la harán feliz.
Siempre suya, Brenda.
Después de esa carta todo comenzó a mejorar, me di cuenta que la fuerza no estaba en alguien más, sino que estaba en mi misma. Que si quería que alguien me aceptara debía comenzar por aceptarme, que era diferente y eso me hacía única, me hacía especial. Que el mundo está hecho para quienes están dispuestos a dar todo por lo que aman, necesitaba hacerme fuerte y afrontar mi lucha con puño de acero, hacía falta un mundo más justo para todos, sobre todo para aquellos que se atrevían a soñar su propio mundo, que se atrevían a luchar por su felicidad.
Me enfrenté a mis miedos, y pasados unos días mi mundo comenzó a mejorar, quizá tenía una esperanza de que Brenda volviera y cuando eso pasara estaría lista para llenarla de amor, hacerle saber lo real que era todo lo que por mis pensamientos estaba pasando, que le amaba y que nadie lograría alejarme de ella jamás.
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Anónimo (Terminada)
RomanceHas cruzado el arcoiris, has visto la vida de color. ¿Estás dispuesto a afrontar lo que venga?, el anónimato ha quedado lejos, ya no hay vuelta atrás. Dedicado a mi Brenda, aquella que llena mis días de alegría y amor. Jamás olvides que estaré conti...