Capítulo 30

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CAPÍTULO 30

-¿Y si viviéramos juntas?- Pregunté un día mientras estábamos recostadas sobre su cama.

-¿Vivir juntas?- Repitió pensativa.

-Si. Tú, Yo, juntas en una casa solo nuestra. Dormir cada noche a tu lado y por las mañanas despertar abrazada a tu cintura.-

-Pero yo no hago comida- Dijo riendo.

-Yo podría cocinar si tu lavas los trastes- Contesté riendo.

-Es un trato- Contestó en tono burlón. –

-¿Estás hablando enserio?- Pregunté emocionada.- Me refiero a que si de verdad ¿te irías a vivir conmigo?-

-Ya no imagino mi vida con nadie más- Me tomó suavemente de la mano y comenzó a acariciar la palma de mi mano.- Mi esposa. Mi linda esposa.-

-Sería muy bello poder compartir mi vida a tu lado.- Le dije mientras la miraba a los ojos sonriendo.

Ese día me quedé en su casa  y pude sentir su piel cálida junto a mí mientras dormíamos abrazadas. Aquellos momentos que podía estar a su lado y disfrutar su cercanía eran mis regalos más preciados. La acerqué hacía mi mientras me acurrucaba a su lado y pude imaginar una vida a su lado, compartir una vida con ella, disfrutando de los buenos momentos y teniéndola junto a mí en momentos difíciles.

-Te amo- Le susurré al oído, aunque sabía que no podría escucharme estando dormida, sin embargo se estremeció y un suspiro nació de su voz. Luego la abracé más fuerte.

Al día siguiente Brenda despertó muy entusiasmada. Le pregunté qué sucedía pero sólo sonreía y me plantaba pequeños besos en la mejilla y en los labios.

-¿Ya me dirás que sucede?- Dije después del desayuno.

-Nada, nada- Dijo sonriendo.

-Por favor. Quiero saber- Supliqué en tono más manipulador del que hubiese querido que se escuchara.

-Soñé contigo… Y con un pequeño bebé creciendo dentro de ti- Me miró con ojos ilusionados y, prosiguió- Un pequeño bebé con una mirada como la tuya, con tu cabello, con tus mejillas.   

Un bebé creciendo dentro de mí. Por un momento comencé a imaginar cómo sería el poder compartir mi futuro con ella y un pequeño ser que se pareciera a alguna de las dos. Jamás había pensado en ello, pero al hacerlo, mi ilusión se volvió incesante, deseaba tener ese futuro y anhelaba que nuestra vida junta comenzara lo antes posible.

Después de un par de días decidimos que era tiempo para comenzar, así que pasamos varios días enteros buscando casas que se amoldaran a nuestras posibilidades, nuestras familias quizá no estuvieran totalmente de acuerdo, sin embargo no intentaron oponerse hacia una cuestión que más que una idea, ya era un hecho. Pronto nos iríamos a vivir juntas.

-¿Hola?- Brenda contestó el celular. Yo agudicé mi oído para intentar escuchar de qué trataba la llamada.- Sí. ¿Hoy en la tarde?, perfecto. Ahí nos vemos, gracias.

-¿Quién era?- Pregunté cuando finalizó la llamada y ella me sonrió.

-¿Recuerdas que colocamos el anuncio en internet sobre la renta de una casa?- Asentí. –Pues nos ofrecen una que está muy cerca de la universidad, además de que la renta no es tan elevada. Nos pidió que fuéramos a verla esta tarde.

-Eso quiere decir que ¿ya tenemos casa?- Dije entusiasmada.

-Si nos gusta, si- La abracé y le ella me correspondió con un beso en la comisura de los labios.

Al ir a la casa vimos que era algo adecuado para nosotras, no teníamos muchos muebles así que por el momento no necesitábamos un lugar muy grande. Estaba pintada de beage, vitropiso de color blanco ocupaba toda la casa, tenía dos habitaciones, un baño y la cocina. Me parecía bonito y acogedor, perfecto para iniciar nuestro hogar.

Un día mientras veíamos una película  abrazadas en el sofá me miró fijamente y yo le sonreí como respuesta.

-¿Qué pasa?-Pregunté.

-Es sólo que me encanta estar así, abrazada a ti mientras disfrutamos de una tarde libre.-

-Y cuándo nuestra pequeña personita nos acompañe será aún más lindo.- Me abrazó con fuerza.

-¿Qué nombre tendrá?-

-Sofía… O quizá Santiago.-

-Por qué no Emily, como tú. También podría llamarse Katherine como Katy Perry.- Suspiré sonriendo. – Si es niño podemos llamarlo Ian o William-

-Luna Sofía, si es niña y William Santiago si es niño.- Dije pensativa.

Sonrió tiernamente. –Bueno, aún tenemos tiempo para elegirlo. Primero hay que buscar una estabilidad para cuando llegue a nosotros

-Si. Aún hay tiempo. Por ahora soy extremadamente feliz porque tú, formas parte de mí.

Anónimo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora