Frases de superación personal

¿Cuál es el precio de la felicidad?

     Desde muy pequeños, se les ha enseñado a las personas a ir detrás de la felicidad a buscar la felicidad en todos lados, menos en ellos mismos. Se promociona la felicidad; en los anuncios de televisión, en las películas infantiles, series de televisión y en las novelas exitosas, etc. Siempre se ha acostumbrado a las personas, a creer que después de haber pasado por diferentes adversidades en la vida, siempre hay un final feliz. Y esto está muy bien, ¡claro que sí! porque siempre hay que mantener la fe, nunca se debe rendir por difícil que sea el camino.

     Siempre hay que estar seguro, de que se puede lograr lo que se propone en la vida. La diferencia es, en que no hay que esperar a pasar por todas las adversidades o situaciones negativas, para sentir felicidad solo cuando se logran vencer, por qué mejor no sentirse feliz en todo momento aún dentro de las circunstancias negativas. No hay que esperar a vencer las situaciones difíciles de la vida, para sentirse feliz. La felicidad, es algo que se lleva adentro, la felicidad es sentimiento, emoción y cada persona decide su propia felicidad. Cada persona, tiene una visión distinta de lo que es la felicidad.

     Por tal razón, es importante hacer lo que te hace feliz a ti, lo que realmente tú crees que te da felicidad, no lo que la sociedad y las demás personas te digan. La sociedad, ha creado unos patrones, unos ideales de lo que realmente es ser feliz. Han hecho una serie de reglas, directrices o mejor dicho; una guía con pasos específicos, de las cosas que tienes que hacer en la vida o cumplir en la vida, para decir que eres completamente feliz. Si tú eres una de esas personas, que piensa que hay unas normas específicas o una guía que te indica cómo ser feliz, lamento decirte que eso no existe.

     Nada de lo que hagas en tu vida, te garantiza que te va a dar felicidad. Tú decides cómo y cuándo ser feliz. Lo que es feliz para ti, no significa que para las otras personas también sea felicidad. Cada persona, tiene sus propias metas y sus propios sueños, ilusiones y objetivos en la vida. Por ejemplo; las personas viven esperando ganar mucho dinero, para ser felices y salir de la pobreza en la que están, comprar un carro nuevo, una nueva casa, otros esperan a su príncipe azul o su princesa, el amor de su vida que los va a hacer felices, hasta que la muerte los separe, etc. Otras personas piensan, que el éxito los va a hacer felices y así sucesivamente.

     Pero no se dan cuenta, que la mejor felicidad es la que se siente en el momento presente. Nadie tiene garantizado su tiempo aquí en la Tierra, por lo tanto vivir esperando el futuro, ansiando lograr cosas o tener cosas, para ser felices es una pérdida de tiempo. Cuando comienzas a valorar cada día que te despiertas, cada plato de comida, cada momento con tu familia y con tus hijos, con tu pareja, no necesitas grandes cosas materiales para ser feliz.

     Recuerda, que no es la cantidad de cosas que se tienen en la vida, es la calidad; el valor que aportan a tu vida, pero también es importante el valor que tú como persona aportas al mundo, eso es parte de la felicidad. La verdad, no creo que haya una descripción exacta de lo que es la felicidad. Porque soy de los que piensa, que la felicidad la define cada persona de acuerdo a sus intereses, a sus valores, al control que tenga sobre sus emociones, cada persona decide ser feliz o no, es una decisión personal.

     Es algo que se lleva dentro, que se decide; quieres ser feliz o no quieres ser feliz. Existen personas que viven día a día lamentándose desde que se levantan de la cama por su situación en la vida, ya sea; económica, de salud, sentimental y profesional. No se han dado cuenta, de que es una pérdida de tiempo lamentarse por lo que no han logrado, por lo que no tienen. Mientras tanto, se pierden la oportunidad de disfrutar y agradecer, de ser feliz con lo que tienen y lo que son, en este momento de su vida. Es importante, aprender a vivir el momento presente, que la vida cada día va pasando más rápido, que los días se van volando y en un abrir y cerrar de ojos, la vida se escapa.

     Por eso, lo importante de que no hay que esperar a que ocurran grandes cosas en la vida, para sentir felicidad. No hay que esperar a tener grandes cosas materiales, para sentir felicidad. Se puede sentir felicidad, en todo momento en todo los días de tu vida. Recuerda, que mientras tú tienes un plato de comida en tu mesa, en otros países hay niños deseando tener comida, un hogar y una familia, mientras tú te quejas.

     Mi gente, la vida está llena de obstáculos, nadie dice que va a ser fácil, todos queremos que sea fácil, que las cosas lleguen como por arte de magia, ¡sería un éxito! Pero a la misma vez sería monótono, porque si no ocurren circunstancias difíciles en la vida, nunca vas a saber hasta dónde eres capaz de llegar. No vas a conocer tu verdadero potencial, no vas a aprender a crear resiliencia. Los caminos difíciles, no necesariamente te van a llevar a un final difícil, a veces el camino se hace difícil para probarte, para saber si tú eres merecedor de eso que tanto anhelas.

      La vida, te pone a prueba para ver cuánto eres capaz de sacrificar por eso que realmente quieres. Por eso, es que te ocurren esas situaciones difíciles, está en ti sentarte a quejarte, a sentir tristeza por lo que no has logrado o simplemente seguir luchando adelante, hasta lograr eso que te propones. Disfrutando el proceso del camino, celebrando cada logro por pequeño que sea, eso es lo importante y eso es felicidad.

     Cuando sin importar la circunstancias, que estés pasando en la vida, siempre tienes una sonrisa. Siempre tienes una palabra de aliento, para esas personas que están peor que tú. Cuando aún en momentos difíciles, eres capaz de levantarte y de dar gracias por la vida y por lo que tienes el día de hoy.

     Así que, te invito a empezar desde hoy a sentirte feliz con quien eres, a sentirte feliz con lo que tienes, a ver la vida desde otra perspectiva. Buscale sentido a la vida, aún pasando situaciones difíciles. Se vale llorar, se vale sentirse triste, se vale decepcionarse y frustrarse, pero no te rindas. Se gana más, cuando se aprende a valorar lo que tienes hoy y enfocarse en lo bueno, por poco que sea, eso es felicidad. ¡Vive la vida!