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“si está bien, agradezco y te correspondere. si está mal, como nunca lloraré, mientras tanto arriesgo todo por saber”
Por sus mejillas pasaban lágrimas intensas, surcando sus mangas largas, hecha un ovillo en la cama y deshecha por dentro. Probablemente esté cansada y harta de lo loca que es la vida afuera de esas paredes.
Ha pasado algunas entrevistas, escuchando su nombre de labios llenos de hastío y ha leído tweets que no hacen más que juzgarla buscándole defectos que nunca planeó compartir. Tener una pareja famosa mientras tu carrera va apenas en ascenso es la peor cosa para hacer, sin embargo, su corazón seguía ahí en esa habitación con Finn Wolfhard.
Unos brazos largos y suaves chocan contra su torso, sus dedos son ágiles y encuentran la mano de la chica, tan pequeña bajo su tacto. La ayuda a girarse para verle la cara, deja un beso en su frente mientras acerca su cuerpo más al suyo, físicamente la opaca en absoluto, es tan alto que acopla sus extremidades a las piernas desnudas de la chica, ella se siente segura y atada por completo, suspira.
—Todos dicen que esperaban algo mejor de ti.
Sus labios rojizos resaltan en la tenue luz de la lámpara contigua, los relame para evitar que las lágrimas le sobrevengan de nuevo. Finn la aprieta entre sus brazos como si de un momento a otro fuese posible que ella desapareciera. La quería tanto, incluso cuando la vió, desde que la vio, mejor expresado.
—No tienen idea— ancla sus labios a su frente, ella aspira el aroma a jabón de vainilla en su cuello, su nariz pulsa levemente en una se sus venas y siente su calor pasarle a través de ella —Si supieran cuánto te amo y lo feliz que me haces, ni siquiera pensarían en tratarte así.
Un sollozo brota de la garganta de ella sin que sea posible detenerlo, imagina en su mente todas esas oportunidades fabulosas que Finn podía estar desperdiciando al estar con ella, esas chicas altas y bonitas, supremas y famosas que le veían con descaro incluso cuando iban de la mano. Quizá ella era fabulosa siempre ante el ojo público pero por dentro era pequeña como una oruga que no ha de convertirse en mariposa nunca.
—Daría lo que sea porque te dejarán tranquila.
Elevo la mirada a él, sorbio la nariz y le sonrió.
—No importa, supongo que se les pasará— trata de tomarlo con humor, realmente intenta, sonríe sin mucho ánimo de nuevo —Eso no quiere decir que no duela, joder, si lo hace pero...— se estira un segmento para poder alcanzar la barbilla de él, afilada y amable desde esa posición, dejo un pequeño beso en ella para luego llegar en un camino de besos cortos a sus labios —pero, no importan, nadie de ellos. porque te amo y eso no va a cambiar.
Finn sonríe en sus labios, llevándola encima suyo para continuar su beso, el cuerpo de ella se adapta al suyo y se hace una araña atrapando su torso y caderas. Se quedan un momento suspendidos en ese instante, ella le pide dormirse justo ahí, y antes que pueda tomar un sueño profundo al sonido opaco de su corazón, él se acerca a su cabello negro y le pronuncia un sincero "te amo".
