why won't you love me? ♡ richie

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Richie Tozier

why won't you love me? - 5sos














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can you tell me why my love? Can you tell me why i hold on to you and you hold on to me?


Desde que era niña Amalia ha deseado poder casarse, hay algo en tener un vestido de princesa y prometerte a la persona que más amas en el mundo que siempre le ha parecido una de sus metas a futuro. A pesar de ello, estaba bastante entretenida trabajando en su vida actual como para tener tiempo de conseguir al indicado.

Así que su vida consistía mucho en estar detrás de una cámara, o de su computadora, realizando efectos visuales en sus fotografías y videos, sobre todo ocupandose en lo que amaba más, hacer a Richie Tozier, la sensación televisiva, verse perfecto en cualquier espectáculo. Si veías una foto de él, lo más probable es que Amalia estuviera detrás de ella.

Su trabajo implicaba al sujeto de lentes llegando a abrazar su hombro por las noches en que se le iba el tiempo revisando su contenido, en él realizando alguna broma de la gran estafa que él era en persona y lo bien que se veía después de pasar por los dedos de Amalia. Luego era juntarse entre todo el grupo de producción para beber algo después del trabajo, Richie robando la atención como siempre mientras todos aportan comentarios graciosos a sus bromas, por supuesto, Amalia no se quedaba atrás, si bien el trabajo es trabajo, afuera de ahí podía ser el espíritu de la fiesta.

A Richie le gustaba fumar más que beber pero, ambas cosas no se llevan del todo bien y más veces de las contables lo traicionaban a ponerse muy ebrio como para manejar. Amalia era la primera en llevarlo a casa, Richie se burlaba pidiendo que no se aprovechara de él de camino a casa y ella le respondía que lo haría, que lo lanzaría en medio de la carretera para que se mezclara con la naturaleza o algo por el estilo. Pero él era un buen hombre, sobre todo y aunque no pareciera era bastante consiente incluso al no serlo.

Era divertido cruzar las carreteras a altas horas de la madrugada con él de copiloto controlando la música, una fiesta ruidosa en que ambos podían cantar un montón de canciones antes de que pudiera llevarlo arrastrando escalera arriba, juzgándolo de bofo y de gordo mientras tropiezan al entrar al elevador.

Richie nunca para de hablar, más con la lengua adormecida, Amalia escucha con atención mientras los números del elevador avanzan camino arriba, lo sostiene entre el hombro y la pared izquierda de la cabina que refleja todo. Sus ojos se encuentran en la puerta, él sonríe con facilidad así que ella lo hace igual, pronto podrás caer a dormir, maldito chachalaco, le murmura tomándolo con fuerza para encaminarlo al apartamento.

Amelia planea dejarlo en la puerta pero al verlo con dificultad de abrirla decide que es mejor idea dejarlo en el sillón más cercano y marcharse cuanto antes.

Ella ha estado muchas veces en ese mismo lugar, con ambos sonrientes y bromistas hasta que se le antoja callar a Richie con un beso que probablemente no se rompa sino hasta que se estén quitando los pantalones. Y no, eso no puede seguir igual, cuando se tomaría tiempo de tener una bonita relación de pareja con alguien que si sea estable si cada vez que hay oportunidad terminan teniendo sexo.

Mientras ella conversa consigo misma, el sujeto de gafas sigue balbuceando contra el cojín de su sillón rojo al que se lanzó apenas llegaron. Amelia rodó los ojos, se acercó para girarlo antes que se durmiera ahí sin poder respirar, él le sonrió, creyó saber que venía y lo esperaba con gran expectativa, una mueca cerrada le demostró que aquel día no.

—Nunca voy a casarme si sigo besando sapos, bicho— agitó su cabellera negra, él hizo un mohin.

—Disfruta al equivocado mientras llega el correcto— murmura sorbiendo la nariz, saca una cajetilla aplastada de su bolsillo de la que rescata un cigarrillo.

—Hablo en serio we— hurta uno de ellos de su cajetilla, él le ofrece encenderlo —Eres chido, te quiero mucho pero no somos nada— recibió su cigarro, suspiró él la imitó con más fuerza.

—Es todo lo que necesitas, así al chile— levanto su cabeza solo para cuestionar, ella no sabía bien que decir.

—Si, es todo lo que necesito. En fin, aquí se rompió una jerga...— estaba por marcharse cuando la propuesta vaga surgió en el aire “¿quieres ser mi novia?” tan fácil todo, como siempre, ella se sonrió un poco, dejo un beso en su frente.

—¿Eso es un no?— dejo su nuca caer al cojín, casi decepcionado.

—Dilo sobrio y me lo pensaré— respondió finalmente cuando ponía seguro a la puerta, salió a través de ella —Descansa, tocino, que mañana trabajamos.

A ella de verdad le gusta Richie, pero, ya saben, él no es material de esposo.

fine line    (ONE SHOTS/FINN W.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora