Tres

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El único hijo de los Potter suspiro de fastidio, no podía creer que el Director lo estaba obligando a hacer el viaje en tren que hacían todos los alumnos todos los años para poder llegar al colegio, no quería hacerlo, estaba en el colegio, que más daba si no hacía el estupido viaje en tren y el estupido viaje en bote. Él solo quería quedarse en su habitación esperando la respuesta de su maestro, que llevaba tres semanas esperando. Harry había enviado muchas cartas con las lechuzas del colegio, pero solo había recibido un papel que decía: "Ten paciencia, muchachito".

Y Harry tenía de todo pero menos paciencia.

Pero Harry no podía decir mucho en esa situación, su maestro siempre tenia la ultima palabra y lamentablemente estaba bajo las órdenes de esos magos hasta que se graduará. No tenía tutores asi que nadie podía oponerse por él, Harry odiaba la situación en la que estaba gracias a su tía.

Harry terminó de empacar su uniforme y algo de dinero que el director le había dado en la mochila, puso su varita en la manga de su camisa y salió de su habitación con el cuello bien abrigado porque habia pescado un leve resfriado cuando se cayó sin querer al lago negro. El ojiverde estaba vestido con el pantalón del colegio y la camisa, pero tenía un suéter algo grueso de color verde esmeralda y una bufanda de color negro, además de que sus manos estaban cubiertas por sus inolvidables guantes blancos. Sus pasos repiqueteaban en los pasillos gracias a los zapatos escolares que se había puesto y por eso su profesor se dio vuelta antes de que Harry llegara a su lado.

Severus hizo una mueca cuando Harry estornudo, así que hizo aparecer un pañuelo y un barbijo descartable para dárselo al chico, el cual agradeció en voz baja el gesto. Harry se sono la nariz para luego colocarse el barbijo que su profesor le había dado, se le hizo incomodo pero con un hechizo Severus logró hacer que fuera cómodo y Harry ni lo sintiera. Ambos bajaron a hasta las rejas del colegio y Hagrid los esperaba con un carruaje que era tirado por una criatura alada. Ambos varones lo vieron por diferentes razones, Severus en sus tiempos de mortifago había visto muchísimas muertes de las cuales la mayoría se arrepentía porque habían sido bajo su varita, Harry sin embargo, había visto más muertes de poseídos que ninguna otra persona.

Ambos se subieron al carruaje y se quedaron en silencio esperando llegar a Hogsmeade, en donde se aparecerían para ir a King Cross a que Harry tomara el tren con todos sus compañeros. Cuando se aparecieron, Harry esta vez no se mareo y ambos caminaron hacia los andenes, el menor intentando no reír por las miradas de las mujeres que recibía su profesor, él cual estaba muy bien vestido en un traje de color negro, pero en vez de camisa llevaba un suéter con cuello de tortuga negro que según Harry le quedaba bien, ya le gustaría a él que una prenda le quedara tan bien como a su profesor.

Severus iba a atravesar la pared cuando se dio cuenta que Harry estaba mirándolo raro, y recordó que el chico no sabía como entrar al andén 9 3/4, así que puso una de sus manos en el hombro de Harry y lo guió a la pared para poder cruzar. El corazón de Harry se aceleró, solo esperaba no chocarse la cara contra la pared y no sucedió, los dos simplemente atravesaron la pared y llegaron al otro lado en donde una locomotora carmesí los esperaba. La boca de Harry se abrió levemente, solo había visto uno de esos trenes en exhibiciones, se veía tan antiguo pero imponente, a Harry le gustaban los trenes, disfrutaba mucho subirse a uno y mirar los paisajes. Aunque sin duda no disfrutaría mucho estar alrededor de 8 horas ahí dentro.

Muchos alumnos y padres se apartaron al verlos y Harry no entendió mucho el por qué, pero supuso que el humor que siempre llevaba su profesor se exteriorizaba mucho y solía ser un cascarrabias en sus clases. Cuando Harry estuvo a punto de subir al tren no hubo besos ni abrazos solo un ligero empujón de parte de su profesor y un asentimiento por parte de Harry antes de buscar un vagón, aunque el menor internamente estaba maldiciendo a todos los magos del mundo por estar en ese viaje tan innecesario.

ExorcistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora