Ocho

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- ¡Vamos Potter, vamos! Más ánimo, o tus dos semanas se extenderán a tres -

Harry apretó sus dientes y lanzó el hechizo, su profesor lo esquivó con facilidad, sin embargo Harry ya estaba lanzando otro que solo rozó el brazo de su profesor. Llevaban dos semanas practicando duelo, o supuestamente cumpliendo el castigo de Harry, y ambos sabían que a estas alturas ya no era un castigo, sino un intercambio de beneficios. Harry obtenia fuerza corporal, magica y conocimientos, mientras que Severus simplemente se ahorraba no tener que estar detrás del trasero de Harry cuidando que no hiciera ninguna estupidez y que pudiera defenderse en caso de que alguien lo atacara.

Harry jadeo cuando un hechizo lo golpeo en el costado y se tambaleó, eso pareció preocupar a su profesor pero Harry aprovechó la distracción y lanzó un hechizo de piernas de gelatina y detrás de ese, pero un poco más hacia la izquierda de su objetivo, un tarantallegra. El primero golpeo el escritorio, mientras que el segundo golpeo el costado de su profesor, y eso pareció ser suficiente para funcionar, ya que Severus comenzó a bailar. Harry se sentó en el suelo sumamente cansado y riendo levemente ante los movimientos extraños de su profesor. Severus se deshizo de ese simple hechizo con un movimiento de varita y felicito mentalmente a Harry por haber dado al objetivo, o sea, él.

- Bien, señor Potter, su semana de castigos ha concluido, espero no tener que verlo fuera del horario escolar de nuevo -

- Si, profesor -

- Bien, toma -

Severus le lanzo a Harry el acostumbrado tarro de relajante muscular y cuando Harry terminó de pararse, frente a los ojos del menor había un papel. Harry miro interrogante a su profesor que solo volvió a mover el papel frente a sus ojos y lo miro mal, el ojiverde lo tomó y leyó el contenido.

- ¿Cita con el medimago de la vista? -

- Poppy mencionó que te hizo un examen visual, algo por encima, pero que dio como resultado que tienes varios problemas de visión, tu y otros diez chicos iran a San Mungo a revisarse la vista este domingo, es tu permiso para poder ir, lo pierdes y te quedarás con esos lentes para siempre Potter -

- Bien, entendí, no perder el papel hasta el domingo -

Harry espero impaciente el domingo, ansiaba saber si habría una solución a su mala visión, que no fuera el uso de lentes, a Harry le molestaban y empezaban a quedarle chicos, lo que hacía que constantemente tuviera que moverlos para que no le apretara los costados de su cabeza. Algo molesto mientras hacia pociones o escribía en sus clases teóricas. El sábado lo pasó encerrado en su habitación, saliendo solo para hacer un ronda alrededor del castillo trotando y un poco de ejercicio en el césped, tenía la sensación de que hacer ejercicio iba a ser parte de su rutina diaria de ahora en adelante. Y no se equivoco, el domingo a la mañana Harry salió a correr, iba llegando de hacer sus ejercicios sobre el césped cuando sintio como alguien lo chocaba, cayó de rodillas y sus lentes terminaron en el suelo. La persona que lo había tacleado, había calculado todo meticulosamente, estaban detrás de los invernaderos y el único podría ver algo era Hagrid, que de casualidad había salido al pueblo temprano a comprar abono para las calabazas de Halloween.

Harry intentó encontrar sus lentes pero fue en vano, escucho el 'crack' que hicieron cuando la persona que lo atacó los piso y el menor tenía la mala suerte de haber olvidado su varita en su habitación. Harry recibió una patada en su pecho, y cuando iba a recibir otra en sus costillas, se escuchó la voz de Severus Snape llamándolo. El atacante escapó, había sido sabio de su parte usar la capa negra con capucha, Severus no pudo ver al que atacó a Harry y solo lo ayudó a levantarse. Harry respiraba con dificultad y se agarraba el pecho, Severus tomó la decisión de cargarlo como en el inicio de clases y lo llevó a la enfermeria.

ExorcistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora