Diez

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- No, no, no, no, ¡Profesor! ¡Profesor Snape! ¡NO! -

Harry colocó su mano debajo de la nuca de su profesor y la otra fue a parar al cuello del mayor para buscar su pulso. Recordaba vagamente la clase de primeros auxilios que le dieron en su último año de primaria ya que había estado con una fiebre alta parado en una esquina y mirando un solo punto. Agradecía que su cerebro aún así captará ciertas cosas de aquello que le enseñaron. Luego de encontrar su pulso, de su bolsillo saco un pañuelo que por suerte no había usado y lo colocó en la cabeza de su profesor que estaba sangrando.

- ¿Que hago? ¿Que hago? Ayuda, ¡Ayuda! ¡AYUDA POR FAVOR! -

Para su suerte, alguien ya había escuchado el impacto de Severus contra el suelo y había asomado su cabeza por el pasillo, en esos momentos ya estaba entrando precipitadamente en la enfermeria y gritando por Madame Pomfey que en cuanto escuchó el grito dejó a su recidente del hospital de San Mungo cuidando a los pacientes y tomo el bolso de primero auxilios que tenía sobre una mesita junto a la puerta de la enfermeria. Harry estaba entrando en pánico, su profesor estaba inconsciente, seguía sangrando, y ahora se estaba poniendo más pálido y su pulso estaba bajando.

- No, no, no, esto no puede estar pasando -

- ¡Harry! -

- ¡Madame Pomfey, esta sangrando mucho! -

- Tranquilo, todo va a estar bien -

Pomfey se arrodilló y con su varita deletreo un hechizo que coagulo la sangre, de su bolso sacó una poción que cicatrizaria la herida hasta que pudiera comenzar a hacer acción la poción crecehuesos para cerrar el cráneo que se había abierto.

- Draco, pásame una dosis de poción reabastecedora de sangre -

El rubio se sobresaltó ante el pedido, pero ella estaba ocupada deletreando hechizos para medir los signos vitales, así que no le quedo más remedio que buscar en el bolsillo exterior del bolsito la poción.

- Muchas gracias, Draco -

Madame Pomfey sabia cosas, como que al rubio le gustaba estar mucho en la sección de sanación de la biblioteca, lo veía seguido leyendo libros de medicina y que cuando alguien de los de primero se lastimaba preferían ir a donde él que a con ella. Ella sabía interpretar los deseos de sus estudiantes y el pequeño rubio definitivamente iba a convertirse en sanador, si no era por sus propios deseos, ella haría realidad el sueño del rubito.

- Bien, esta estabilizado, llevemoslo a la enfermeria -

Pomfey levito a Severus cuando Harry tuvo su mano debajo de la cabeza del mayor, Harry lo hizo más por decicion propia a pesar de que Pomfey le dijo que no pasaría nada. Prefería asegurarse por sus propios medios de que realmente no le pasara nada a su profesor. Aún seguía muy asustado, otra vez había estado la borde de la muerte y esta vez alguien había salido lastimado por su culpa. Y por culpa de alguien que solo estaba obsesionado con lastimarlo, Harry miro a todos lados esperando encontrar a quien le había hecho eso a su profesor pero solo estaban ellos tres ahí abajo. Madame Pomfey puso una camilla debajo de Severus y lo hizo levitar, llevo a Harry con su mano libre ya que el menor parecía estar algo paranoico porque miraba para todos lados con miedo.

- Draco, ¿podrías llamar al Director? -

Al rubio no le agradaba mucho la idea de hablar con el director, pero asintió.

- Bien, recuerda que el favorito del Director son los dulces refritos -

Y aunque el rubio hizo una mueca ante la mención de dulces refritos asintió entendiendo la referencia y se adelantó para llamar al director. Pomfey miro los signos verdes sobre la cabeza de Severus, su presión normal y sus pulmones funcionando perfectamente. Sin embargo, el menor a su lado estaba entrando en una estado de histeria, hace un buen rato estaba murmurando lo mismo, una y otra vez.

ExorcistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora