Baby [Emiliaco-omegaverse]

☀️09☀️

🖤2/?🖤

Era el último sábado del mes, así que era el día en el que Emilio y Joaquín hacían las compras de supermercado. El menor iba delante guiando el carrito mientras Emilio empujaba de atrás.

Siguieron al pasillo de los detergentes.

-bien. A ti te gusta que la ropa huela suave y a mí fuerte- comentó Joaco -¿Cuál quieres?

-¿A qué huele lo fuerte?- preguntó confundido el Alfa, el Omega rodó los ojos fastidiado.

-a tí tonto. Tú eres fuerte, yo soy suave- Emilio se acercó a Joaco y lo beso.

-Tú eres como un erizo, chiquito y bonito- el Omega se derritió. Beso el mentón del Alfa.

-te amo Alfa.

-yo te amo más, mi querido Omega.

-okay, basta. Deberíamos separarnos, ¿No crees?- Emilio sabía qué decir "No" igual no funcionaría. Joaquín siempre hacía lo que él decía.

Así que sintió.

-bien, pero lo más difícil. Tú busca las carnes y yo los cereales.

Toma una canasta que se encontraba en el estante y se separó de Emilio. El Alfa tomó el carrito echando el detergente y caminó hasta el pasillo de las carnes.

No era prioridad para joaco comer carne pero para Emi sí. Era Alfa, debía ser fuerte.

<OOO>

-que le den por el culo a la persona que se le ocurrió que lo sería les quedaba mejor en el último instante- dijo el Omega dando pequeños saltitos para cansar el cereal favorito -vamos Joaquín, tú puedes.

-¿Necesitas ayuda?- el Omega dio un brinquito cuándo fue asustado por la voz de una persona a su lado.

Volteó a ver de quién se trataba. Cabello rubio, alto, ojos color miel, porte de Alfa. Sí, era un jodido Alfa.

-¿Necesitas ayuda, Omega?- volvió a preguntar. El pequeño Omega arrugó la frente ante la manera de llamarlo.

Sólo su Alfa podría decirle Omega.

-Eh, no. Gracias- se giró nuevamente para obtener el cereal.

Joder. Era tan alto o él era muy pequeño.

-deja que te ayude, apenas y llegas al segundo estante- Joaquín negó -oh, vamos.

-No.

-Omega, déjame ayudarte- pidió nuevamente.

-No gracias. Yo puedo- negó de nuevo.

-todo sería más fácil si me dejarás bajarlo por ti- comentó El Alfa acercándose para colocar sus manos en la cintura del Omega e impulsandolo hacia arriba.

-oye, no me toques- Joaquín se alejó.

-oh, un Omega rebelde- pasó su lengua por los labios y acorraló al Omega al instante -pero qué bien hueles.

-Dejame.

-Mmm, no lo creo- se acercó a los labios del menor.

-Emi-

-aléjate de mí Omega- gruñó El Alfa. ya para ese momento, Joaquín estaba llorando -quita tus sucias manos de mí Omega, maldito Alfa.

Emilio lo empujó, importandole muy poco lo que dañará del lugar. Gruñón cuando el alfa de cabello rubio, rió.

-oh, vamos hombre. ¿No compartes?-nuestro Alfa gruñó. Se acercó a su amiga y dejó un beso en su frente.

-ve al auto. Espérame en el asiento del copiloto- ordenó Emilio -No importa que sientas por el lazo. No salgas del auto, anda.

El pequeño titubeó, Pero al final cedió. Una vez que el Omega estuvo fuera de la tienda, Emi se acercó al Alfa que había acusado a su chico.

-Nadie te enseño que acostar a un Omega enlazado está mal. No, acosar a cualquier persona en particular está mal- expresó Emilio -¿Cuál es tu nombre?

-Leo. Por si no te quedó claro no lo acosaba, sólo quería ayudarlo a bajar un cereal- Emilio Rió frío. Al parecer Leo tembló.

-escucha Leo- El Alfa ruloso se acercó a él, lo agarró del cuello de la camisa y lo es tampoco en el estante, algunos cereales y más cosas cayeron al suelo -vuelves a acercarte a mí omega y te mato.

-tú no me dices que ser. Nada más mírate, eres tan poca cosa para ese Omega.

Y eso fue todo. El olor de Emilio se intensificó más, las feromonas de ir a fueron liberadas sin pelea alguna. Y terminó moliendo al Alfa rubio a golpes, lo levantó Y estampó nuevamente contra los cereales.

Caminó hasta el estante de las toallas limpiándose el sudor y la sangre del otro Alfa. Se acomodó la ropa y el cabello, para luego sonreírles a las señoritas del supermercado.

-pagaré por todo, lo siento mucho.

Probablemente él y Joaquín deberían cambiar de supermercado.