Baby [Emiliaco-omegaverse]

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—Joaco— llamó emilio acercándose a la cama que compartía con el omega. El nido seguía ahí, Joaquín seguia acurrucado en las camisas y almohadas de su alfa mientras soltaba ronquidos pequeños —Joaco.

El omega abrió sus ojitos, tallandolos para enfocar mejor el panorama, que no había cambiado en los tres días que llevaba en ese nido. Emilio se acercó a él, ofreciéndole una galleta y leche, el omega aceptó y su alfa felicitó a Emilio por el pequeño éxito de hacer al omega comer.

—¿Estás bien, amor?— preguntó Emilio, Joaquín asintió —¿Quieres que traiga algo más?, ¿necesitas que me quede, me vaya?

—Tu camisa— balbuceó. Emilio frunció el ceño.

—¿Cómo?— el Alfa ladeó la cabeza como un cachorro.

—Tu camisa, quiero tu camisa, Alfa— iba a llorar de nuevo.

—¿Te refieres a está que llevo puesta?— Joaquín asintió.

Emilio se quitó la camisa aún extrañado, Joaquín se la arrebató y sacó su propia camisa con desespero entrando en la del Alfa, su omega ronroneó y se dejó caer en el nido acurrucándose en la almohada que aún tenía el aroma del Alfa.

El Alfa de Emilio gruñó bajó, observando el estómago del omega donde se veía un poquito rellenito, observó a Joaco quién tenía los ojos cerrados, probablemente el omega tenía un mes con su cachorro dentro, suspiró llevando su mano con cuidado hasta el diminuto bultito de su pequeño. Rozó sus dedos.

—¡NO!— el gritó sobresaltó a Emilio, quién se alejó del omega rápidamente sintiéndose rechazado -Alfa...

Emilio sonrió débilmente, herido ya que sabia por la noche en que Joaco no había dejado de llorar que no quiera al bebé porque tenía miedo.

El omega de Joaquín estaba encantado con el cachorro en su interior, pero tenía miedo. Tenía solo veintitrés años, era joven, quería hacer muchas cosas, ser libre y aunque muy dentro de él estuviera brincando junto a su omega por el bebé, seguía teniendo miedo.

Él planeaba deshacerse del bebé antes de que fuese tarde, pero no quería herir a su alfa.
Emi quería a su bebé, el Alfa y omega de él también, el problema era Joaquín.

—Está bien, lindo— susurró débil el Alfa, mientras caminaba al armario para tomar otra camisa y pasarla por su cuerpo -Yo... estaré en la sala.

Los ojitos de Joaco se cristalizaron viendo a su Alfa salir de la habitación, volvió a acurrucarse en el nido mientras las feromonas de tristeza danzaban en la habitación, gimoteó pidiendo a su Alfa, pero Emilio no apareció, estaba dolido por su omega no queriendo a su cachorro, por rechazarlo.

Se estaban rompiendo el uno al otro.

Porque mientras un Alfa anhelaba un cachorrito corriendo por la casa mientras llamaba a su omega "mami".

Un omega estaba en la habitación considerando muy afirmativamente abortar.

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Hola Cariños. Cómo están?

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Nos leemos mañana cariños 🖤