Baby [Emiliaco-omegaverse]

☀️38☀️

Diego y Nikolas estaban en la casa de la Familia Osorio, acompañando a Joaquin quien ya se encontraba en el octavo mes y medio de embarazo. Estaba por lo general más gruñón y cansando, lloraba por todo y rogaba siempre por atención. Emilio había decidió que saldría un poco con los chicos, Emanuel y Eduardo, para despejarse un poco de todo el tema del embarazo.

Joaquin me había dicho que sería buena idea despejarse. Ahora el Omega estaba llorando porque extrañaba a su Alfa.

-Es que ustedes no entienden, Emilio es mi Alfa, lo necesito- sollozó.

-Tenemos un Alfa, si sé de lo que hablas, pero tú le dijiste a Emilio que se fuera, que estarias bien- Joaco negó.

-Pues lo quiero de vuelta- lloró a más no poder.

Niko conociéndolo desde hace años solo se cruzó de brazos y siguió viendo la película infantil que Joaquin había escogido, mientras Diego mimaba al Omega.

-Oye, ayúdame- pidió el chino, al ver a el embarazado restregarse contra su pecho en hipidos.

-Nah, se le pasará, Joaquin es dramático de nacimiento- Nikolas le subió el volumen al televisor.

-¿Lo ves, Di?, no me quiere- volvió a llorar. Diego suspiró, abrazándolo.

-Ya, ya, Omega. Está bien, si sigues llorando entonces te vas a deshidratar y la cachorra se va a morir.

Se suponia que eso debia calmar al Omega, pero como ya se sabe. Joaquin era muy delicado.

Y termino llorando más.

-Eres idiota, chino de mierda- gruñó Nikolas -Ven aquí, JoacoJoa.

Joaquin se movió hasta enterrar su naricita de botón en el cuello de el rubio para aspirar el aroma dulce del Omega. Sollozó bajito mientras Nikolas acariciaba su espalda y dejaba besos en su cabello, como Emilio lo hacía.

-Quiero a mi Emi- pidió el Omega.

-Emilio está despejando su mente con los chicos, ¿recuerdas?, tú le dijiste que fuera- explicó Diego suave.

Joaquin gruñó.

-Quiero a mi Alfa.

-No. Emilio está relajándose, lo cual deberías estar haciendo tú.

Joaquin volvió a llorar, su cara ya estaba rojiza, su labio inferior estaba temblando y sus ojitos miel tenían líneas rojas de tanto llorar. A ambos Omegas se les estrujo el corazón el ver cómo el pequeño se levantaba con dificultad y corría al nido para abrazar su vientre en busca de proteger a la cachorrita y seguía llorando por su Alfa.

-Por favor- rogó -Quiero a mi Alfa, por favor.

Diego y Niko asintieron.

Nikolas le pidió a Diego que se quedará con su amigo mientras el localizaba a el Alfa. Tomó el teléfono de Joaquin y marcó el número.

-Mi vida, ¿que pasa?- se escuchó ruido al otro lado de la línea, por lo que supuso estaban en un bar.

-Hola, Emilio. Soy Nikolas- saludó.