Baby [Emiliaco-omegaverse]

☀️39-final☀️

Había una pequeña fiesta en casa de Niko, donde estaban todos reunidos, familiares del Omega y del Alfa, amigos también.

Ciertamente era una fiesta para anunciar que el Omega rubio estaba embarazo, llevaba apenas unos meses. Joaquín estaba más que encantado con la pancita tan pequeña que sobresalía de Nikolás. El Omega estaba en el noveno mes, el médico les había dicho que debían tener cuidado porque la cachorra podía nacer en cualquier momento. Tenían una fecha establecida, 30 de Agosto, pero no sabían si iba a llegar ese día o después.

Joaquín le sonrió a su amigo desde la mesa en la que se encontraba sentado junto a su Alfa que solo acariciaba su muslo mientras mantenía una conversación con otro Alfa desconocido, amigo de Eduardo.

-¡Ya estas tan grande!- gritó alguien a su costado. Joaquín se sobresaltó cuando un chico de tes blanca y cabello un poco rojizo lo saludo intentando colocar sus manos en el vientre del Omega -¿Puedo? por favor.

Joaquín quiso decir que no, pero el tipo se veía tan entusiasmado que terminó asintiendo.

-Estás tan bonito, ¿cómo te llamas?

-¿Cómo te llamas tú?- repitió la pregunta.

-¡Puedes decirme Oli!, ¿qué es?

-Mi nombre es Joaquín- sonrió el Omega -Es una niña.

-¿Y va a ser Alfa u Omega?- Olí preguntó. El pequeño hizo una mueca.

Ciertamente no se sabía, pero por lo fuerte que era el aroma de embarazado de Joaquín y los fuertes golpes de la cachorrita. Alfa y Omega habían deducido que sería una Alfa.

-Yo... bueno no lo sé. Probablemente Alfa- Olí asintió, haciendo círculos en vientre hinchadito del Omega -¿Tú tienes hijos?- Por cómo lucia el Omega, Joaquín dedujo que si, no se podían amar tantos los niños a menos de que tuvieras uno. Empezaba a entenderlo.

-Oh, no- su semblante cambio a uno totalmente triste -Soy infértil. Ni siquiera tengo Alfa.

Joaquín se sintió devastado al escuchar eso, lo peor que podía pasarle a un Omega era ser infértil. Vivían para procrear y ser cuidados por sus Alfas, si no tenían el elemento principal, no servían, para la sociedad más reservada.

-Olí, lo lamento tanto- comentó Joaquín. El Omega sonrió -No hay problema. Solo quiero un Alfa temporal, ¿sabes?, quiero adoptar un bebé, pero no puedo sin un Alfa- comentó. Joaco asintió, lo sabía -¿Me prestas al tuyo?

Los ojos de Joaquín se abrieron en grande ante la sorpresa del atrevimiento del Omega de cabello rojizo.

-¡¿Qué?!- casi gritó. Olí frunció el ceño.

-Es temporal, solo para adoptar al niño, ¡ay por favor! tú vas a tener uno, yo también quiero- Joaquín negó sin poder creerlo e instintivamente gruñó y tomó la mano de Emilio fuerte.

-¡No!- gritó y gruño. El Alfa se volteo alarmado por lo que fuese a suceder.

-¿Qué pasa, Omega?- Joaquín empujó a Olí, se volteó dándole la espalda y cruzándose de brazos, escuchó al pelirrojo reír.

-¡Awww, pero si eres como un gatito!- El pequeño rodó los ojos.

Llevo sus manitas hasta el rostro de Emilio y lo jaló para besarlo profundo y que quedase claro que ese Alfa, era de él y solo de él.

La carcajada de Olí se escuchó más fuerte.

-Hombre, ha sido broma- terminó limpiando una lágrima de la punta de su ojo -Oh, joder, nunca me había reído tanto.

-Mmm, Omega, espera- Emilio se separó de él -¿Qué pasa?

-¿Me invitan al parto?- El Alfa frunció el ceño y Joaquín gruño levantándose para ir al baño.

El omega llegó al baño, hizo sus necesidades de orinar y cuando estaba lavando sus manos un líquido se escurrió por sus piernas.

-¿Que mi- ¡ah!- Joaquín había roto fuente -no, ahora, no, por favor bebé.

Joaquín no sabía que hacer estaba asustado, no tenía a su Alfa cerca y pronto una contracción lo atacaría, chilló para que su Alfa pudiese escuchar a lo lejos y tensó el lazo. Sabiendo lo sensible que era Emilio a eso.

-¿Que pasa bebé?, debías esperar cinco días más, es 25 apenas.

Y antes de que pudiera saberlo una contracción lo atacó. Joaquín se hizo bolita en el suelo mientras chillaba de dolor, la puerta se abrió y divisó a su Alfa.

-¿Qué pasa?.

-La bebé, ya viene.

☀️☀️☀️

Ahí estaba, una preciosa bebé de cabello lacio y dorado, una piel de color rojiza, con los piecitos y las manitos tan pequeñas. Estás se aferraba a Joaquín y su pezón, había pasado una hora y media desde la cesárea, ya que al ser hombre debian hacerle cesárea.

—Mira que hermosa es, Emi— susurró Joaquín débil.

Nikolás y Eduardo estaban en la sala de espera, Diego y Emmanuel estaban por llegar, el Alfa y el Omega estaban felices. Emilio no había dejado de llorar hasta que tuvo a la bebé en brazos y gimoteo cuando la pequeña cachorrita se acurrucó en su pecho.

Ahora el Omega la alimentaba y el padre estaba a su lado, acariciando la pequeña mejilla de la bebé. En ese momento la cachorrita abrió los ojitos, Joaquín le sonrió, aunque sabía que no estaba enfocando nada en absoluto.

—Hola, bebé preciosa— susurró tomando la pequeña mano de su bebé y besándola —Estoy tan feliz de poder verte, abrazarte y sentirte. Prometo que seré la mejor mami que puedas tener, mi Amaris.

—Los amo tanto, a los dos. Los dos son mis bebés, prometo ser el mejor Alfa y padre que pudiera existir— Joaquín observó a su Alfa. Acarició la mandíbula de Emilio y presionó un beso ahí —Te amo.

—Yo también te amo, mi amor.

—Tengo a mi propia familia— Joaquín sonrió.

Las madres de Emilio entraron a la habitación, y él dejó un beso en la coronilla de su Amor .

—Omega, hola— saludo Anne. Joaquín le sonrió, indicándole que se acercara.

Anne fue la primera en verla. Los alago a los tres. Niurka se acercó vacilante hacia el Omega, hizo una mueca mientras el Omega la miraba con cautela y trataba de proteger a su bebé.

—Joaquín, escucha. Durante estos años no te he tratado muy bien— El Omega bufo —Pero quiero decir que ahora, yo. ¡demonios!

Anne colocó sus manos en los brazos de su esposa para darle apoyo.

—Perdóname por todo lo que te hice, fue inhumano de mi parte tratar tan atroz a la pareja de mi hijo, lo cierto es que Emilio es mi único hijo, no quería que se olvidara de mi de pronto, pero eso no importa, lo lamento. Espero que con el tiempo establezcamos una mejor relación entre nosotros.

Joaquín le sonrió, dándole el si.

Los demás amigos entraron y el menor se sintió tan pleno, tan lleno de vida, tan lleno de paz, tan lleno de amor. Con su pequeña familia propia.

Su Alfa, su cachorra y él.

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