☀️Extra 1☀️

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El restaurante de Emilio estaba pasando por su punto de quiebre. Luego de tantos años ya no era tan famoso como antes por lo que tenían que tratar de darle más fama renovandolo y haciéndolo más exótico, donde antes era un lugar elegante para las personas de alta clase, ahora era más que todo un restaurante relajante dónde se podía tener perfectamente una primera cita.

Emanuel ayudaba a Emilio en todo lo que podía, pero aún así las ganancias no subían. No era que el Alfa estuviera pobre, aún seguía siendo un jodido millonario, pero tampoco iba a permitir que su precioso y perfecto restaurante se fuese a la mierda.

Un Alfa nunca sabe como manejar bien el estrés.

Emilio tiró los papeles que estaban en su escritorio, tomó su abrigo y llaves para salir del restaurante. Quería ir a casa, se sentía cansado, solo quería ir a casa y ver a su bebé y a su precioso Omega, acostarse en la cama y dejar que Joaquín lo envolviese con su olor.

Antes de poder salir recibió una llamada al teléfono de la oficina, se encaminó hasta el objetó y lo tomó con un suspiró cansado.

-Emilio Osorio.

-¡Emilio!, Soy Paul Warton, llamó por el contrato de expansión- el Alfa se sintió un poco alegre, si lo llamaba era para decirle que lo aceptaba -Lamento decirte que nos llegó otra oferta mejor. No tomaremos la tuya, nos mantendremos en contac..

Emilio estampó el teléfono en la pared y gruñó. Su olor se hizo más denso, sus pupilas se dilataron y tomaron un tono rojizo, sus colmillos salieron a flote. El Alfa de Emilio gruñó.

Salieron enojados de la oficina. Sus feromonas siendo cada vez más fuertes, condujo hasta la casa y salió dando un portazo. Entró para encontrarse a Joaquín en el sillón durmiendo sin rastro de Amaris, por lo que la niña debía estar durmiendo en su habitación. El Omega se sobresaltó al escuchar el ruido de la puerta.

-Oh, amor. Llega..- Emilio le gruñó.

-Ahora no quiero nada- pidió el Alfa. Joaquín dejó caer sus manos a los costados de su cuerpo en cuánto sintió el rechazo de su Alfa.

-Emi..

-No quiero nada, Joaquín- Emilio subió a la habitación y se encaminó al baño, se despojó de la ropa y se metió en la ducha.

-¿Emi?- Joaco lo siguió.

-¡Que me dejes en paz, joder!- los ojitos de Joaquín se cristalizaron -Déjame en paz, siempre estás preguntando como estoy, ¡Estoy harto, Joaquín, cansado!

Joaquín gimió, Emilio le gruñó.

-Yo..- Emilio lo volteó a ver, su mirada roja.

-Que te calles, Omega.

-Pero..-Joaquin estaba por llorar y lo único que le preocupaba era que su bebé se despertará y viera a sus padres peleando.

-Joaquin, soy tu Alfa. Si te digo que te calles, te callas- el Omega arrugó el ceño.

-Soy tu Omega, soy tu pareja y la madre de tu hija, no soy un jodido objeto, Emilio. No soy tu maldito esclavo- gruñó el Omega -No se que mierda te pasa pero no voy a soportar esto.

Joaquín salió del baño y se dirigió a la cama. Se acurrucó en las sábanas y se echó a llorar, sintió a Emilio llegar minutos después y acostarse a su lado, sintió su calor corporal pero no le tomó importancia, le dio la espalda al Alfa.

Horas después, Joaquín sintió a Emilio acariar su vientre y gruñir, supuso que era porque estaba plano. El Alfa había estado molestando con un cachorro desde que Olivia tenia un año.

Ahora la niña tenía dos años, no dependía tanto de su mami. Podía perfectamente tener otro cachorro.

-Ca..- gruñó el Alfa y se removió -Omega.

-¿Que quieres, Emilio?, duérmete- gruñó Joaquín. Se acurrucó más a la almohada y cerró los ojos.

Sintió a Emilio quejarse, se pegó a su espalda, pasando sus manos por el vientre del Omega, gruñó y Joaquín pudo sentir el sudor en el rizado, también sintió que estaba desnudo. Se dio la vuelta, enfocando a su Alfa.

-¿Que..te..pasa?- separó las palabras. Emilio gruñó cerca de su rostro y bajó a su cuello para atacar la mordida -Alto, espera. La mordida está del otro lado, genio.

-Mio.

-¿Si?, creo que eso debiste pensarlo antes de gritarme- Emilio tomó las manos de Joaquín y las colocó arriba de su cabeza. El Omega frunció el ceño -¿Que tienes?

-Mio, mío, mío- canturreó el Alfa mientras que con los dientes trataba de llevar hasta la marca -Omega mio.

-Okey, espera- Joaquín hizo un rápido movimiento y quedó sentando encima de Emilio. El Alfa rápido colocó sus manos en el trasero del chico y trató de moverlo para hacer fricción -No, no, no, aguarda.

Joaquín se quedó callado, observando a Emilio, sus pupilas dilatas, su cuerpo estaba literalmente ardiendo, y su aroma era muchisimo más fuerte. Joaco quiso gemir cuando descubrió que estaba pasando.

Emilio gruñó y Joaquín enseñó la marca.

-Mio- lamió la marca como quiso, la raspo un poco y Joaquín se sostuvo de los hombros de su Alfa, quién empezó a romper la ropa del Omega.

-Emi, espera- Joaquín trató de empujarlo, pero ni siquiera el quería que se separa- Amaris, hay que llamar a Anne.

Joaquín se movió del encima de Emilio, quién trató de sostenerlo de los pies para atraerlo a él.

-Regreso en dos segundos, te prometo que regreso- contestó y salió. Tranco la puerta y corrió hacia la habitación de su hija mientras llamaba a Anne -Hey, sol. Despierta...

Amaris abrió sus ojitos y dejó salir un bostezo.

-¿Mami?

-Hola, mi preciosa flor. Ven, iremos con la abuela Anne- Amaris frunció el ceño y gruñó suave -Es tarde, mi amor, lo sé.

Anne llegó veinte minutos después. Joaquín estaba desesperado por volver a la habitación y atender a su Alfa, su lubricante salía y manchaba su pantalón de pijama. Anne le sonrió, tomó a su nieta y el bolso que Joaquín le dio con todas las cosas para la niña.

-Cuida de mi hija- Anne se despidió del Omega con un beso en la mejilla y cuando supo que Anne se había ido corrió hacia la habitación.

Baby [Emiliaco-omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora