Baby [Emiliaco-omegaverse]

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Joaquín llevaba llorando unos diez minutos sin parar, con su mano derecha sosteniendo con demasiada fuerza la prueba de embarazo. Debió decirle a Diego que se quedara con él.

Estaba en estado, No lo podía creer, y peor aún, no lo quería.

Emilio y él habían fantaseando muchas veces con el Omega teniendo un cachorro de su alfa, y había estado bien porque era una fantasia que parecía años más adelante, muchos años más adelante.

Joaquín se preguntó, ¿cuándo pasó todo eso? Y lo supo: el celo de Emi.
El alfa lo había anudado muchas veces y al estar ambos cegados por el placer y las feromonas y todo lo que conllevaba el celo, ninguno recordó utilizar un condón.

Joaco se maldijo millones de veces por ser tan fértil y a Emilio por ser una jodida bestia en el celo que solo pensaba en él. Y ahí estaba, en la cama llorando, en un nido improvisado que había hecho porque se sentía desprotegido. Su omega aceptaba el cachorro en su vientre y daba vueltas feliz, muy feliz, pero
Joaco no quería un hijo. Simplemente no. Él quería seguir siendo atractivo para Su alfa, seguir siendo el bebé de Emilio.

No quería tener que engordar, que su alfa lo dejará. El llanto de Louis cesó al escuchar la puerta principal abrirse. Se secó las lágrimas y trató de hacerse el dormido, que igual no iba funcionar porque el mayor iba a olerlo.

El alfa entró a la habitación encontrándose un nido en el centro de la cama. Frunció el ceño, por lo general Joaquín había hecho únicamente dos nidos en la vida. El primero fue porque Emilio había ido de viaje a otro país y no había podido llevarlo, y cuando volvió a casa Louis tenía un nido que lo mantenía calentito e impregnado del olor de su alfa, y el más reciente que fue hace unas semanas por culpa de su madre Niurka.

Que por cierto, su madre seguía sin hablarle por haberle gruñido, estupideces, ella molestó a su omega y él no iba a ceder tan fácil.

—Amor— llamó, asegurándose de que Joaquín estaba despierto. Necesitaba una explicación sobre el nido, ¿por qué necesitaba su omega sentirse protegido? —Bebé.

Joaquín sollozo, Emilio se acercó a él, lo observó, olió el aire y supo que su pequeño girasol había estado llorando.

—Amor, ¿me dejas entrar?— Joaquín negó, el Alfa hizo una mueca y salió de la habitación yéndose a la cocina para buscar chocolate para llevarle a su omega. Escuchó los sollozos del pequeño en la habitación, pero se decidió por calentar rápido el chocolate para hacerle una rica bebida con la que seguro se sentiría mejor.

—¡Alfa!— Joaquín gritó y Emilio no espero segundo llamado cuando apagó la estufa y corrió a la habitación —Alfa...

—Amor, aqui estoy— contestó Emilio acercándose a él, Joaquín se levantó de las camisas de su alfa y se aferró a su amor llorando.

—Por favor, te amo, te amo, te amo, no me dejes, Alfa, no te vayas, por favor, no te vayas. Te juro que soy buen omega, por favor— Emilio se asustó, tomó a su girasol de los hombros y lo acostó en el nido—Alfa...

—Está bien, ¿puedo?, tienes que darme el permiso, amor— Joaquín asintió eufóricamente —Está bien, ángel, shhh, estoy aquí  yo no me voy.

—Alfa— balbuceo —Te juro que te amo, te amo de verdad.

—Yo también te amo, amor.

—Emilio— Joaquín lloraba, el Alfa de verdad estaba empezando a asustarse, el lazo tenía muchas emociones viniendo de allá para acá —Emi, yo no quise, de verdad no quise, perdóname. Soy un mal omega, no sirvo, tú no me vas a querer más.

—¡Basta!— el Omega se quedo callado al instante en que la palabra abandonó la boca del Alfa, su cuerpo se tensó y su cuello se hizo a un lado mostrando la mordida a su alfa, sollozo bajito. Emi lamió la mordida y alzó la barbilla del chico a su costado—Respira hondo, deja de llorar y dime de una vez que es lo que te está pasando. Y si me mientes, habrá graves consecuencias.

—Emilio—el menor estaba atónito por el tono en que su Alfa le hablaba, si bien no era la voz de Alfa, casi que rozaba con ella.

—Habla, omega.

—Alfa— las mejillas de Amor estaban rojas, su nariz también y sus ojitos azules estaban opacos.

—¡Dí de una jodida vez que tienes, Joaquin!— exclamó haciendo al omega agitarse.

—¡Estoy embarazado!- gritó.
Emilio se quedó estático en su lugar, el Omega volvió a romper en llanto. El Alfa no sabía que sentir, que decir, que hacer. ¿Joaquín en cinta?, ¿cómo pasó? Siempre se cuidaron...

Su mente hizo click. Su celo.

—¿Qué?— fue todo lo que salió de su boca. El omega se acurrucó en el nido, llorando nuevamente. Emilio se dejó caer de espaldas en el espacio para él—Oh, joder.