Capítulo Uno

14.7K 1K 1.9K
                                    

Los seres humanos suelen sentir temor a todo aquello que desconocen y no pueden controlar, aquello que supere su inteligencia y poder, aquello que con facilidad puede doblegarlos y hacer con ellos lo que les plazca. Hoy en día el tema de lo paranormal es algo que la mayoría ya no cree o no les teme, pero aún así hay una pequeña parte de la sociedad que mantiene sus creencias, que otorga sacrificios en busca de obtener a cambio una especie de protección de todo mal que exista en el mundo.

Pero si hay algo que la mayoría tiene en común, es el miedo a la muerte, el ver aquellos ojos sedientos de sangre que sólo buscan acabar con las vidas de los demás; y si, los asesinos son aterradores, pero un ser mitológico que se pensó inexistente lo era aún más, porque no se conocen las atrocidades que estos seres con lazos diabólicos podrían hacer con unos simples y delicados cuerpos humanos.

Las posibilidades eran muchas, podría ser capaces de quemar un cuerpo de un chasquido, de despedazar extremidades de un suave tirón y de desfigurar cualquier rostro de un simple suspiró. Seres poderosos con habilidades desconocidas para el mundo entero, vistos como los malos, lo normal, puesto que las historias que se relataban de estas criaturas eran escalofriantes.

Criaturas que absorbían toda tu vitalidad hasta acabar con tu vida, personas cuya apariencia humana desaparecía a la luna llena, demonios que por medio del acto sexual tomaban tu energía y alimentaban su poder, seres inmortales sedientos de sangre humana, y de más.

Los que creían aquellas historias eran tomados como locos por la sociedad, encargándose de apartarlos y aislarlos lejos para que así no destruyeran las mentes inocentes de los niños con sus relatos. Sin embargo, fueron tan sólo esa minoría de personas las que tuvieron la bendición... no, la maldición de haber vivido un acto paranormal en sus vidas, cambiándolas por completo, mirando al mundo de otra manera.

Condenados a saber sobre la existencia del infierno y conocer a los demonios que salen de ella para causar caos y destrucción en el mundo de los humanos; viviendo con la paranoia de la posibilidad de estar cerca de una criatura que buscaba de alimentarse con muertes y dolor.

George pertenecía a aquella minoría de personas.

El joven hombre de 24 años de edad jadeaba con miedo, mirando con ojos aterrados a su mejor amigo pelinegro, quien traía en brazos a un rubio, el cual tenía una gran herida en su abdomen del cual emanaba un líquido de tonos negruzcos y marrones a su percepción, sangre.

Sus manos temblaban, sus ojos bicolores demostraban el pánico que sentía en ese momento, negándose por completo a la petición de su amigo, quien parecía agotado, sudaba y mostraba aquellos pequeños caninos de sus dientes al estar la luna llena cerca de hacer acto de presencia.

El humano había vivido gran parte de su vida entre seres mitológicos, con decir que su mejor amigo de por sí era un hombre lobo. Fue entrenado para tratar con ellos, era una especie de curandero de criaturas demoníacas y paranormales que se ocultaba en un pequeño barrio peligroso, donde cualquier clase de ilegalidad era ocultada, un escondite del mundo exterior, un lugar donde no le llamarían demente.

Y es que, a pesar de sus años tratando con criaturas de todo tipo, jamás en su vida se había encontrado con un vampiro, eran seres más solitarios, además de ser inmortales y no requerir de curaciones. Se creyeron extintos ante la desaparición de aquella especie, pero con sus ojos café y azul, puede comprobar que la especie permanece vigente.

Y es aterradora.

¡George! ¡No me queda mucho tiempo, por favor, ayúdame con esto! — los ruegos de su amigo intentan convencerlo de hacer algo a lo que le temía, era tan sólo un simple humano, prácticamente era de la raza débil ante toda criatura mitológica, vulnerable a la vista de cualquiera que quisiera hacerle daño o matarlo.

Vampire | DreamnotfoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora