Colocó unas cuantas vendas alrededor del brazo de aquel duende tan pequeño, terminando por completo lo que le quedaban de vendas y observando como aún le faltaba una de las piernas de este.
— Debo ir a por más vendajes... — sus ojos bicolor se fijaron temerosos en el demonio de grandes cuernos y portador de un traje negro de corbata roja, el cual desprendía un aura de superioridad y autoridad, poseedor de un poder cada vez más fuerte y aterrador — Volveré enseguida — el demonio asintió, con sus ojos oscuros fijos en su persona y analizando cada movimiento que hacía.
George no sabía porque el demonio se encontraba allí personalmente, pero lo que si sabía es que estaba aterrado de que quisiera hacerle algo. Había llegado en un momento muy inesperado, por poco es descubierto pero había logrado colocar al rubio de ojos azules en la oscuridad del sótano y logró tapar la mordida de vampiro con su bata blanquecina; sentía que todo fue pura suerte, pero no sabe por cuánto más estará de su lado.
Bajó al sótano de su casa rápidamente, mirando tras suya para asegurarse de que no le estaba siguiendo. Una vez se adentró a la oscuridad del lugar, buscó con la mirada el cuerpo de Tommy, encontrándolo aún atado a la silla, pero en el suelo, completamente callado y sudando al igual que él por el gran calor que había azotado a la casa nada más llegó Jschlatt.
Sabe perfectamente que se encuentra asustado por la visita del demonio, puede ver como su cuerpo tiembla, encontrarse en el rango del demonio provocaba una sensación de pesadez angustiante y el calor abrasador podía enloquecer a cualquiera, especialmente si se trataba de su primera vez.
Rápidamente sacó el bisturí de su bata y comenzó a cortar la cuerda, liberando por completo al rubio para luego tomar su brazo con brusquedad y colocarlo de pie, obligándolo a avanzar hacia las escaleras.
— ¿¡Qué haces!? ¿¡A dónde me llevas!? — gritó en susurros el asustado cazador, creyendo que los planes de George serian entregarlo al demonio como un sacrificio para a cambio continuar con vida, pero ese no era el plan del castaño.
— Cállate, estoy intentando sacarte de aquí — confesó en susurros, empujando al rubio escaleras arriba hasta que llegaron a la puerta principal de la casa — No te lo tomes como una muestra de amistad o algo, pero prefiero ahorrarme una tortura del demonio, así que estas de suerte — dijo mientras abría la puerta de entrada, empujando a Tommy fuera para que pudiera ir, salvándole de morir a manos de ese demonio — Lárgate con tu familia y no vuelvas.
Cerró la puerta para luego correr con pasos silenciosos a donde realmente se encontraban las vendas. No sabe si Jschlatt pudo sentir la presencia de Tommy en ese lugar, los humanos eran débiles como para que un demonio de gran poder pueda sentir sus presencias, pero si realmente lo hizo, estaba jodido.
Antes de adentrarse a la habitación en donde atendía al duende, procuró acomodar bien su bata para ocultar su mordida, respirando profundo para así luego abrir la puerta y adentrarse, observando a los dos seres estar justo como les había dejado. No parecían estar sospechando de algo, así que actuó con normalidad y se acercó al duende para acabar su trabajo.
Jschlatt no apartaba en ningún momento la mirada de su cuerpo, lo que le colocaba lo suficientemente nervioso como para ser un poco torpe en su trabajo, pero al fin y al cabo logró culminarlo, murmurando un suave "Listo" y ayudando al pequeño ser a bajar de la cama, quien ya sabía dónde dirigirse, saliendo por el portal sin siquiera agradecer. Trabajaba para alguien malvado, no espera agradecimientos la verdad.
Se mantiene en su lugar con la mirada baja mientras deja las vendas a un lado. El demonio permanece en la habitación, comprende entonces que no buscaba vigilar su trabajo sino más bien hacer algo en específico o hablar sobre algún tema; aún no entiende que es exactamente lo que desea pero se mantiene en su lugar esperando ordenes, era su jefe después de todo.
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Vampire | Dreamnotfound
Fanfiction➸George pasó gran parte de su vida estudiando cada ser sobrenatural, tratando con ellos y encargándose de cuidarlos en caso de que se encontraran gravemente heridos o enfermos; sin embargo, jamás en su vida había podido ver a un vampiro, aquella raz...