Capítulo Siete

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Para muchos puede parecer exhausto la manera en que corre el tiempo a la percepción de cada uno. Muchas veces parecer volar con rapidez, pasando sin siquiera darnos tiempo de reaccionar o poder asimilarlo, muchas otras parece ir lento, como si una tortuga avanzara con calma por el camino, llegando a ser desesperante si nos encontramos ansiosos por algún momento importante, ya sea alegre o angustiante.

Y la espera es molesta en la mayoría de ocasiones, la paciencia es un valor que no todos los seres humanos poseemos o hemos desarrollado con facilidad, en ocasiones podemos mantenernos tranquilos, pero la mayoría de veces nuestros cuerpos se mueven inquietos, esperando que el momento llegue pronto y todo finalmente ocurra.

Es por ello que tanto la paciencia y el tiempo se llevan de la mano; y Dream no parecía llevarse bien con ninguno de los dos.

El rubio de ojos verdes miró desde su escondite al dulce chico castaño, ubicado cerca del río, simplemente sentado allí, abrazando su mochila de cuero. Desde su lugar era capaz de ver como su pequeño cuerpecito sufría de ligeros espasmos, todo por culpa de un llanto que intentaba ahogar colocando su mano sobre su boca, derramando lágrimas por aquellos ojos que en ese momento eran cubiertos por su cabello.

A sus 19 años de edad jamás llegó a sentir ningún tipo de atracción hacia nadie, miraba a las mujeres del pueblo ir de un lado a otro, pensando que eran lindas, pero nada más; nunca se podría haber imaginado que al final terminaría cayendo por aquel muchacho tan callado, caminando cabizbajo por las tierras de pueblo, retrocediendo asustado cuando alguien buscaba acercarse a él.

Los habitantes del pueblo ignoraban aquella actitud, sin tomarle importancia, pero para el rubio aquello no significaba nada bueno, y era de esperarse que el chico estuviera siendo maltratado por su propia familia.

Sin embargo, Dream era apenas un joven del pueblo que todas las tardes se paseaba por el bosque, cazando animales para mantener el alimento en su hogar y que su familia no pasase hambre. No poseía ningún rango importante, sólo alguien cuya casa se ubicaba en la zona más apartada del pueblo, casi entrando al bosque, alejados de las conmociones y luchas diarias en aquel pueblo tan activo y trabajador en el área de la herrería. 

Por más que deseara salvar a aquel muchacho de los abusos y demás, no lograría nada, era un don nadie, un simple espectador cuyo sentimiento de impotencia recorría su cuerpo por completo, alguien que por primera vez se consideraba un inútil.

Y sí, quizás aún continuaba sin hablarle a ese chico, pero para ello debía de darle tiempo y tenerle paciencia, siendo el castaño alguien tan arisco y asustadizo no era sencillo poder acercarse a él sin espantarlo; por lo que, tomando en cuenta la energía y entusiasmo del rubio, aquello acabaría en fracaso.

O al menos era la excusa que se daba Dream cada que se arrepentía de acercarse a hablarle a ese muchacho.

Creyó que aún tendría mucho más tiempo para continuar esperando por él, que siendo tan paciente valdría la pena, pero se equivocó. Al tiempo no le importa cuánto has esperado por aquel momento, no le importa tu esfuerzo ni dedicación; o tomas la oportunidad cuando se presenta, o se te es arrebatada sin aviso alguno.

Te hundes en el arrepentimiento, el aire se escapa de tus pulmones y finalmente, llega el dolor junto al millón de preguntas, cuestionándonos el por qué la vida nos trae dolor y tristezas.

El crujido de unas ramas resonó en el lugar, tanto el castaño como el rubio dirigieron sus miradas hacia donde provino aquel sonido, encontrando a dos hombres de figura esbelta y rostros atemorizantes. Dream los conocía, eran guardias del pueblo, pero el muchacho de cabellos castaños les temía, porque todos en ese lugar le odiaban y deseaban dañarlo con burlas e insultos que lastimaban su débil corazón.

Vampire | DreamnotfoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora