— ¿Estás seguro de que... él es mi paciente? — George sonrió incrédulo, esperando que aquel hombre encargado de traer a sus pacientes que se les imposibilitaba avanzar por su propia cuenta estuviera bromeando.
Porque aquel elfo postrado en la camilla poseía una herida que atravesó su corazón, ni siquiera se encontraba este mismo y aunque era improbable, el castaño decidió revisar sus signos vitales en espera de que tuvieran alguna la razón para enviarle un muerto a su casa, pero no había pulso y su piel era fría, llevaba ya algunos minutos muerto, quizás horas a juzgar por la palidez de su piel.
— Así es, estaba muerto cuando me lo entregaron, pero ellos insistieron en que se lo trajera... quizás podría hacer algo — el menor cubrió aquel cuerpo con una sábana blanca, teniendo un pequeño tic en su ojo mientras reía sin gracia alguna, procurando ocultar de pies a cabeza aquel cadáver con una sábana blanca.
— Soy un humano, no un brujo, no puedo traer a la vida a nadie, ellos lo saben muy bien — se alejó un poco, metiendo sus manos en los bolsillos de su bata blanca, intentando mantenerse lo más sereno que pudiera, cuando realmente estaba angustiado por dentro — Sólo... ve de regreso y diles eso, ya estaba muerto cuando me lo trajiste.
El hombre asintió, mirando con algo de pena al humano antes de entrar de regreso al portal junto a aquel cadáver trasladado en una camilla ya ensangrentada.
La fachada calmada de George cayó, se deshizo rápidamente de aquella bata blanca y subió con rapidez las escaleras de su casa, depositando en su perchero su uniforme, por así decirlo, y encaminándose hacía la cocina, donde se encontraba su celular en la mesa. Lo tomó entre sus manos temblorosas, desbloqueándolo mientras se sentaba en la silla del comedor, marcando el número de su mejor amigo.
A medida que los tonos de la llamada se escuchaban, la desesperación crecía en el de ojos bicolor, llevando su mirada a su ventana abierta, donde el fuerte viento frío de la noche se adentraba, sacudiendo sus cortinas azules con rapidez.
Y cuando creyó que el pelinegro no iba a contestar la llamada, lo hizo, y quiso hablar él antes que nada, sumido en el pánico del momento, pero una voz energética interrumpió su llamado.
— ¡George!
— ¿D-Dream?
Los ojos del menor se abrieron con sorpresa al escuchar la voz alegre del vampiro al otro lado de la llamada, por un momento se olvidó de todos sus problemas, sacudiendo luego su cabeza ante la imagen del rubio en sus recuerdos. Ahora mismo tenía un asunto de vital importancia, no tenía tiempo de concentrarse en el vampiro.
— Dream... ¿Sapnap está allí contigo? — preguntó, sonriendo con nervios mientras los temblores en su cuerpo permanecían, mirando aquella ventana con temor.
Él la había cerrado antes de bajar al sótano a atender a su paciente.
— No, él fue a por algo de comer para él, así que estaba cuidando nuestra casa de mientras hasta que escuche este aparato extraño sonar — comenzó a explicarse el rubio, de la llamada se escuchaba movimiento; George sospecha que el vampiro no sabe cómo utilizar un celular.
Y no le sorprende, tanto Sapnap como Bad tampoco sabían cómo utilizarlo, así que cuando les regaló uno a cada uno para así poder mantenerse en contacto siempre, tuvo que explicarles paso por paso lo delicados que eran dichos dispositivos y como utilizarlos.
— Está bien... ¿Crees que ya este por llegar? — sus ojos pueden captar como poco a poco la cocina se hundía en la penumbra y el viento se detenía por completo, el frío desapareció repentinamente siendo remplazado por un calor ardiente, subiendo de pronto la temperatura de aquella habitación — O-Olvídalo, sólo dile que no podremos tomar té esta noche.
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Vampire | Dreamnotfound
Fanfiction➸George pasó gran parte de su vida estudiando cada ser sobrenatural, tratando con ellos y encargándose de cuidarlos en caso de que se encontraran gravemente heridos o enfermos; sin embargo, jamás en su vida había podido ver a un vampiro, aquella raz...