Jisung siempre creyó saberlo todo; sabía que los humanos nacían y morían y que no había porque temerle a la muerte, sabía que las personas tenían diferentes formas de ver el mundo y por eso eran tan únicas, sabía que enamorarse para algunos era tan fácil como dormir una siesta, y tan difícil para otros como encontrarse con un alien en el supermercado.
En fin, creyó siempre tenerlo todo claro y organizado, a la palma de su mano y en la punta de sus pies. Creyó que las piedras en su camino eran faciles de esquivar y que los muros a la mitad no existían y era solo tu cabeza jugandote en contra.
Creía que los atardeceres estaban mal juzgados, pues decían que eran el inicio a la oscuridad, y que infravalorada que estaba la noche cuando la luna salía a brillar en el cielo y no había una luz más hermosa que esa.
Creía que los ventiladores de techo eran muy ruidosos para su gusto, que las redes sociales podían arruinarte la vida y que el amor puede doler demasiado si no sabes cómo sentirlo.
Creyó porque no lo vivió.
Pues la vida parece tan fácil y sencilla hasta que empiezan los problemas y más si esas complicaciones tienen nombre y apellido.
Había imaginado que ser un adolescente era vivir hasta que tú cuerpo doliera y luego ya cuando los años pasarán podrías descansar pensando que cada una de las cosas que hiciste y sin arrepentirse.
Que equivocado estaba, la vida se hace más difícil a medida que vas creciendo. Los muros a la mitad del camino si existen, y aveces son tan altos que son imposibles de esquivar, las piedras se convierten en montañas y la noche no siempre se ilumina por la luna, las nubes también existen.
Los ventiladores de techo dejan de hacer ruido cuando tu cabeza se encarga del bullicio y el amor duele como la puta madre incluso si no quieres que así sea. Pero que iba a saber el, si solo tenía 18 años y una vida por delante.
Nada.
El no sabía absolutamente nada.
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⠀⠀×PRESS "HEART" TO START THE GAME×
La alarma volvía a sonar casi por octava vez, agradecía mentalmente que su yo de la noche anterior se había avivado y había puesto diez alarmas seguidas o acabaría llegando tarde a la escuela de nuevo. Aunque su yo mañanero lo odiara toda la mañana. En fin, etapas.
Se levantó de la cama y caminó con los ojos cerrados hasta el baño, allí tomó una ducha y se vistió. Claramente, aún no se había atrevido a abrir los ojos, el sol podría entrar por sus puntos visuales y acabar con su corta vida. No había prestado mucha atención a la clase de biología, pero así lo creía el.
Tomó su mochila, saludó a su madre que leía el periodico en la mesa y se dirigió un día más a lo que todo adolescente cuerdo y sabio denominaba "Escuela".
Un edificio lleno de gente que odia su vida.
Entró por la puerta principal siendo el punto de atención de varias personas, pero el ego que tenía no le permitía ni siquiera girarse a mirar un solo rostro, su objetivo estaba claro en el casillero azul que llevaba el número 149.
Se detuvo al frente de este y espero a que Jeongin apareciera justo a su lado para decirle las personas que lo estaban mirando.
Y asi fue, el menor se colocó justo a su lado con los brazos cruzados en su pecho y sin mirarle a la cara comenzó a hablar.
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Arcade Love - [Minsung] [✓]
FanfictionAmbos son conocidos bajo la misma mala fama. Unos rompecorazones dispuestos a arruinarle la vida a cualquiera. Pero eso Jisung no lo sabía, y meterse con Minho no fue la mejor idea. Ahora acaba de iniciar un juego donde todo está permitido y la ún...