Arcade Love - [Minsung] [✓]

XXIV

×HYUNIN×

Hyunjin colocó mejor su mochila en el hombro, debía arreglar ese broche que sujetaba la tira o acabaría con todos sus útiles en el suelo.

El rubio afiló su mirada, buscando a Jeongin con ella y visualizandolo caminando tranquilamente por la vereda. Se acercó sin dudarlo, si había algo que había cambiado desde la fiesta, era la poca timidez que ahora tenía. Jeongin ya conocía una faceta suya que casi nadie veía y sobre todo, ya había admitido abiertamente sus sentimientos. Ahora era el turno de Hyunjin de dejarle en claro los suyos.

—¿Cómo es qué caminas tan rápido? —Se quejó el rubio, alcanzado por fin a Jeongin y respirando agitadamente. Habían pasado solo dos cuadras, pero el menor había sido rápido.

—¿Hyunjin? ¿Que se supone que estás haciendo? —Preguntó Jeongin, mirando rápidamente al mayor para luego acelerar aún más su paso e ignorar su presencia ahí.

—La verdad no sé, lo que si tengo claro es que me van a salir unas hermosas piernas formadas después de esto. —Exageró Hyunjin, haciendo al menor rodar los ojos ante ese comentario.

—Tu casa queda para el otro lado. —Acotó como dato Jeongin, como si el mayor no lo supiera, pero prefería ignorarlo.

—No quiero ir a mí casa.

—Ya, ¿Molestarme? ¿Es eso? —Se preparó el menor, para tener que aguantar los comentarios burlones o de queja que tenía Hyunjin. Al fin y al cabo, su relación perro y gato jamás se había extingido.

—¿Puedes solo... Detenerte dos segundos? —Pidió Hyunjin, volviendo a perder el ritmo de Jeongin, quien luego de unos segundos relentizo su paso hasta cesarlo.

—¿Nunca antes habías caminado en tu vida? —Preguntó el menor, cruzándose de brazos y viendo como el rubio trataba de conseguir aire de nuevo. Solo faltaban un par de cuadras para llegar a la casa de Jeongin, pero HyunJin sentía que faltaba una eternidad.

—Solo estoy tomando aire, el clima hoy está muy lindo. —Mintió descaradamente Hyunjin comenzando a seguir a Jeongin de nuevo, pues el menor ya había vuelto a caminar con prisa.

—Hyunjin, ve a casa. Luego tendrás que volverte caminando más de treinta cuadras y te morirás a las cinco. —Pidió Jeongin, notando como HyunJin volvía a ponerse a su lado y ajustaba una vez la mochila en su hombro.

—Que poca fé le tienes a mí estado físico.— Jeongin le miró con una sonrisa, gesto que hizo a Hyunjin sonreír también. —Hablando en serio, quería hablar contigo.

Jeongin comenzó a caminar más lento de golpe, esa frase no era su favorita en el mundo y luego de haber confesado sus sentimientos, lo que menos tenía ganas de hacer era enfrentar al mayor y a su claro rechazo.

—No, no hablarás conmigo.

—Jeongin. —Reprochó el rubio, mirando como Jeongin caminaba cada vez más rápido al punto que parecía estar a nada de salir corriendo.—¡Yang!

El menor entró al terreno de su casa, dejando atrás al rubio y pisando descaradamente su césped, no tenía tiempo de entrar por el camino de piedras. Se acercó a su puerta y colocó las llaves, que siempre tenía, de manera rápida y desesperada. Si se apuraba, quizás Hyunjin se daría la vuelta y se iría. Si, era un cobarde, pero no quería volver a sentir su corazón hecho trizas en sus manos. No de nuevo.

—¿Jeongin? —Una voz femenina sonó desde la puerta de el garage, la madre del menor estaba ahí parada con las llaves del auto en las manos y a Hyunjin a su lado con una sonrisa en su rostro.