Jisung se mantuvo al frente de la supuesta casa de Mínho durante, mínimo, cinco minutos. Analizó cada una de las ventanas, se asomó en el garaje a ver si había algún auto y tras ver qué no había nadie, se volvió a parar enfrente de la puerta principal esperando que por arte de magia está se abriera.Si, me da vergüenza tocar una puerta, ¿Por?
Hizo una mueca y suspiro pesado, después del suceso con Mínho esa misma mañana no le parecía la mejor idea del mundo estar ahí parado, mirando una puerta de madera más grande que el, qué separaba la vida privada de Mínho con la suya.
Miró su mano y la extendió para tocar el timbre, pero luego volvió a bajarla. ¿Y si mejor se iba y fingía no haber estado ahí nunca? Podría decirle que se sentía mal, total tenía su número.
Número de teléfono que conseguí por robarle la libreta de verificación y luego decirle en la cara que no era una persona predecible.
Si, definitivamente iba a irse.
Se dió la vuelta con la intención de no volver a pisar esa casa en su vida, pero se detuvo de golpe cuando el sonido de unas llaves en la puerta lo pusieron en alerta. Se giró lentamente notando a Mínho parado en la puerta con un suéter blanco arremangado en cada brazo y unos pantalones ajustados negros. Jisung tragó duro notando que le había mirado todo este tiempo en silencio.
—¿Tengo una puerta venenosa y no me di cuenta? ¿O es que planeaba huir como un cobarde? —Minho sonrió dándose la vuelta para dejar un espacio entre el y el umbral de la puerta. Jisung giró sus ojos en un acto de frustración por el mayor.
—Creí que no estabas en casa, es todo. —El menor paso a la casa en silencio luego de un suave "Permiso" que dejó a Mínho con la boca abierta, era educado en el fondo.
—Puedes dejar tu abrigo en aquel perchero. —Minho se cruzó de brazos y señaló con la mirada un perchero al lado de la puerta. Jisung dejó allí su buzo negro y miró sin descaro el interior de la casa.
Era limpia, de hecho, demasiado. Las paredes estaban pintadas de blanco y el techo era alto, había un ventanal grande al final de la sala de estar y justo encima una bonita lámpara grande en forma de bola iluminaba el atardecer del momento.
—¿Vives solo? —Preguntó el menor, escuchando justo en ese entonces unos ruidos en la cocina.
—No, mí madre y padre también viven aquí. Pero mi madre tiene turnos nocturnos y suele estar afuera la mayoría del tiempo y mí padre está de viajes laborales en Daegu. —Minho sonrió cuando el ruido en la cocina se hizo aún más fuerte.
Y justo en ese momento tres gatos salieron a recibir la nueva visita. Jisung se sobresaltó al verlos tan repentinamente aumentando la sonrisa de Mínho. Uno de los gatos acarició descaradamente su cuerpo con la pierna del menor y los otros dos se mantuvieron en su lugar mirando la escena. Jisung se agachó a recibirlos también.
—¿Tres gatos? ¿Te sientes solo? —Jisung bromeó mientras acariciaba el cuerpo peludo del gato que tenía ahora en su falda.
—De hecho, si. Son la única compañía durante el día y la verdad es que se volvieron muy importantes. —Abrió su corazón el mayor, dejando a Jisung saber sobre el enorme amor que le tenía a los felinos.
—¿Cuáles son sus nombres?
—Ese es Dori, aquel es Soon-ie, y el otro se llama Doong-ie. —Contestó con orgullo el mayor, comenzando a caminar hacia su habitación, dónde harían la tarea.
—No puede ser, es demasiado tierno. Creo que me lo llevaré conmigo. —Jisung tomó al gato de pelaje oscuro en sus manos y siguió a Mínho hacia su habitación.
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Arcade Love - [Minsung] [✓]
FanfictionAmbos son conocidos bajo la misma mala fama. Unos rompecorazones dispuestos a arruinarle la vida a cualquiera. Pero eso Jisung no lo sabía, y meterse con Minho no fue la mejor idea. Ahora acaba de iniciar un juego donde todo está permitido y la ún...