-¿De dónde sacas esa estupidez? Claro que no es cierto, mi hija es mía.
-Entonces dime quién es su padre.
-¿Y a ti que te importa? -tartamudeo.- No fuiste el único en mi vida y que pienses que es tu hija es estúpido.
-¿Cuándo nació?
-El cinco de agosto de dos mil diecinueve.
-Entonces es mía, terminaste la gira ya embarazada.
-No, Ruggero. -mi voz tiembla.
-Mami...
Maldigo cerrando los ojos, doy media vuelta y la veo a ella parada detrás de la puerta.
Sus mejillas están empapadas en lágrimas, me acerco de inmediato.
-Lo siento, no quise hablarte así.
-Perdón. -susurra con la voz quebrada.- No quise, mami.
-Ya, Emily. Ya está.
Me agacho a su altura, limpio sus lágrimas y beso su pequeña frente antes de abrazarla con fuerza. Ya está, da exactamente igual.
Ella ya lo dijo, Ruggero hizo cuentas y ahora estoy a nada de llorar de nuevo.
-¿Puedo saludar a mi papá?
Ella señala a Ruggero, le hago una señal de silencio pero él ya se ha acercado. Se agacha a su altura, extiende su mano hacia ella y con duda, Emily la toma.
-¿Sabes dónde vivo y jamás viniste a verme?
-No sabía en dónde vivías hasta que se me ocurrió preguntarle a tu tía Giovanna. -explica.
-¿Cómo?
Él me mira, asiente y cierro los ojos. Maldita sea, eso me pasa cuando no les especifico que tienen prohibido hablar con él de mi vida.
Era obvio que iba a preguntar...
-Necesito saber la verdad, pequeña. -explica sin soltar su mano.- Hay cosas que aún no entiendo, como por qué llegaste a mi evento hoy, llorando.., preguntando si tenía hijos... Hay tantas cosas que ahora cuadran.
-¿Cómo vas a preguntarle eso a una niña?
-Pues la madre no responde. Nunca habló. Y apuesto a que si hoy mi hija fue a verme no fue por ti.
-Fui yo quien permitió que fuera.
-Estás admitiendo que es mi hija.
-Claro que no. -suspiro.
-¿Cómo puedes hablarme tan tranquila después de tantos años sin verme?
-A ti que te importa. -regreso la atención de mi hija.- Ve adentro.
-No quiero.
-No quiere. -Ruggero asiente.- ¿Cómo supiste que yo soy tu papá?
-Mamá escribió un libro para mí, creí que era el otro chico guapo con el que a veces habla y sale a comer hamburguesas, pero no puede ser porque yo lo veo y no me dice nada.
-¿Chico guapo?
-El que canta bonito. -continúa.- Mamá tiene fotos con él en su teléfono.
-Ah, hablas de tu ex en libros pero no del padre de la niña.
-Si me habló de mi papá. -defiende mi hija.- También puso una foto.
-¿Puedo verla?
-No, no puedes.
Emily saca la fotografía, se la entrega y sonríe cuando Ruggero me mira con la obvia respuesta en su rostro.
-Es mi hija.
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Little Woman's World
RomansaY si pudiese escuchar mi propio consejo, diría que soy todo lo que nunca pude ver.