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—Es todo un caos, Agus. Y no entiendo por qué me llamas a mí si puedes contactarte con Ruggero. 

—Es que quiero hablar con mi sobrina. —explica.— ¿Está por ahí?

—Ahora está durmiendo, está demasiado feliz desde hace dos días. —entrecierro los ojos.— No tienes nada que ver, ¿o sí?

—No, es que Ruggero subió una foto de ella el otro día y Dios, en serio son parecidos.

—Ya todo el mundo lo ha dicho. —hago un mohín.— Cualquiera pondría en tela de duda inclusive que no es mía. Pero de Ruggero, jamás.

—¿Cómo se tomó la noticia de la boda?

—Horrible, y eso que un día antes hablé con ella y tuve que admitirle que amaba a su papá pero que prefería dejarlo ir para que sea feliz. —él se ríe tomando un poco de su jugo.— Ya no sé qué hacer, y ahora con esto de que Ruggero anunció su compromiso y encontraron las redes sociales de Taylor, me siento más culpable todavía.

—Pero no es tu culpa, Karol. —suspira.— Sabes que soy siempre sincero, pero es que Taylor sabía a lo que se atenía si dejaba que Ruggero anunciara que hace casi cinco años tiene novia, y que ahora está comprometido con ella.

—Le han tirado mucho hate.

—¿Y cómo están ellos al respecto?

—Ruggero cabreado con el mundo, Taylor llorando cada cinco minutos.

—Uy, malo...

Asiento, él rasca su nuca y explica que nada puede hacerse al respecto. Teníamos que respetar la decisión y hasta ahí. No hay mucho que hacer.

Asiento, prefiero no hablar más del tema y por eso prefiero hablar de cualquier otra cosa. Una hora después Emily despierta y le presento al tío Agus, y las dos horas siguientes la tengo sentada en el sillón feliz con esa videollamada.

Y Agustín no se queda atrás, hablan, se ríen y hasta le presenta a Maxi. Ambos prometen venir a verla muy pero muy pronto.

Y cuando cuelgan, mi hija tiene el mejor de los humores. Se sienta en su silla mientras sirvo el desayuno, Montse bosteza sujetando su cabello en una coleta alta.

—¿Planes para hoy, señoritas?

—Quiero ir a un parque acuático. —dice Montse.— Vamos, servirá de mucho.

—Sí, mami. Vamos.

—Tú irás con tu padre a elegir el pastel y todas esas cosas que elijen para una boda. —me llevo un trozo de piña a la boca.— Pero para la próxima.

—¿Irá Joshua?

Niego, Ella asiente asegurando que no le importa perderse un día conmigo si no va Joshua.

Y es que ya le he dicho que él es solamente un compañero de trabajo con el que me he besado solamente un par de veces fuera de cámara. Bueno, besos y un poco más.

Ya hay gente que nos shippea, y es en serio incómodo.

Bueno, para ser sincera no tanto.

Luego del desayuno alisto a Emily para cuando Ruggero pase con ella, le hago dos pequeñas trenzas y dejo el resto de su rizado cabello suelto. Alisto una mochila con un abrigo para la tarde y algunas cosas que necesita para quedarse a dormir en casa de su papá.

Mientras ella acomoda su vestido llega Ruggero, como siempre no me saluda, solo pasa a la sala y se acerca besando la mejilla de Emi. Ella sonríe.

—Vamos, papá. Ya alisté mis cosas y tengo mi agüita.

Little Woman's WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora