—¡Y corten! Felicidades, chicos. Les salió increíble.
—Gracias.
—Joshua, seguimos contigo. Karol, puedes descansar.
Asiento, Joshua besa mi mejilla y me río apartándolo.
Mi estimado amigo y yo somos los protagonistas de esta grandiosa historia. Ahora mismo acabamos de grabar una nueva escena y pues el cariño está siempre presente.
—Karol...
—Ruggero. —musito tomando una botella de agua.— ¿Qué haces aquí? Creí que hoy trabajarías en tu disquera.
—Me tomé un descanso para venir a verte. —explica.— Límpiate.
Él señala mi labial corrido, me río limpiando mi boca. Dijeron que era un labial a prueba de besos.
—¿Y qué haces? ¿Por qué quieres verme?
—¿Sabías que ya se enteraron que vamos a grabar juntos?
—Si, pero ya les bajé de la nube diciéndoles que tu personaje y el mío no tenían nada que ver.
—¿Y Emi?
—Ahora mismo debe estar saliendo de la escuela. Supongo que el autobús escolar la dejará fuera del edificio y Angie la recibirá. Si quieres verla puedes ir. —le doy un sorbo a mi botella de agua.— ¿Estás bien?
—No en realidad, estoy muy nervioso, y necesito hablar con alguien.
—Pues dime, aquí estoy.
—Es sobre Taylor.
—Entonces no estoy.
Doy media vuelta y camino hacia mi camerino.
Definitivamente cuando se trata de ella Ruggero sabe que es mejor no hablar. No me siento bien.
Y pese a que me he atrevido a decírselo para que tomemos distancia, él se niega a hacerlo.
¡Y odio que me hable de ella!
—Por favor, Karol. Necesito una amiga. No es nada fácil para mí enfrentar esto, ¿sabes?
—¿Pues por qué no le preguntas a Mía?
—¿Yo qué?
Mía saca la cabeza de uno de los camerino, sonrío señalando a Ruggero.
—Tu mejor amigo quiere hablar de su novia.
—¿Mi mejor amigo? Yo no tengo mejor amigo.
—Pero Ruggero es lo más cercano, disfruten de su conversación.
—Eres la madre de mi hija.
Ignoro lo que dice y me encierro en mi camerino.
Intento perder el tiempo hasta que la puerta es tocada de nuevo. Me acerco a abrir.
—Ay, cuánto me alivia que seas tú, Joshua. —suspiro haciéndome un lado para dejarlo pasar.— ¿Todo bien?
—Casi, me preguntaba qué harás en la noche.
—Bueno, es viernes. Emily mañana tiene clases de natación, yo no grabo así que supongo que tendré un plan.
—Genial, ¿tenemos una cita?
Esperen...
Joshua, el chico de veintisiete años que conozco hace poco, desde que comenzamos a grabar más precisamente, ese con el que no he hecho más que reírme y reconocer que poco a poco distrae mi mente de Ruggero.
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Little Woman's World
RomansaY si pudiese escuchar mi propio consejo, diría que soy todo lo que nunca pude ver.