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Me gustaba verla dormir, recordar que a pesar de todo fui valiente y decidí tenerla conmigo.

Y si, el crédito se lo daba a Gio y Pasquale, creo que si no los tenía cerca cuando me enteré, ahora mi princesita no estaría aquí.

Emily era todo lo que me movía a seguir trabajando, a no hacer cosas estúpidas. Mi niña hermosa me demostró que realmente podía ser alguien mejor.

Yo por ella era capaz de absolutamente todo. Y estaba más que claro.

Era hoy, después de tantos días preparándonos para esto, finalmente ella iba a encontrarse con su padre.

Y sí, voy a estar presente. Lo cual hace que todo sea más peligroso, pero tenemos un plan.

O algo así, yo voy a esperar en el auto, la niñera va a grabar todo, en una videollamada pues porque la ansiedad me puede y necesitaba estar al pendiente de todo en vivo.

Y sí, Emily está emocionada y yo tengo mucho miedo.

Cada vez que pienso en que pude haber evitado esto quiero llorar.

Reviso mi teléfono, las ocho de la mañana, me pongo de pie y me aseguro de cubrir a Emily con las mantas antes de caminar hacia la mesa.

Tomo el sobre con los dos pases para el evento, siento un nudo en el estómago. Ya sinceramente no sé qué decir al respecto.

Suspiro, el concierto es a las dos y el meet and greet a las cinco, hay todo un día por delante. Emily quiere llevarle un detalle, ya le dije que no es necesario pero es que, no puedo contener su emoción.

Es que, vamos, conocerá a su padre, y eso la tiene emocionada. Solamente espero que a emoción no le gane.

Mi teléfono vibra, lo tomo y reviso los mensajes. Es Giovanna deseando suerte para la pequeña.

Y claro que la va a necesitar.

Habló también con Lío, me pide que me calme, todo estará bien. Ojalá y sí.

No pierdo más el tiempo, me alisto para salir y dejo un beso en la frente de mi hija antes de marcharme.

Estoy tan nerviosa...

Voy a los ensayos para el evento al que fui invitada como conductora, me aseguro de mantenerme en calma. No quiero llamar la atención de todo el mundo.

Ocupo mi mañana y gran parte de la tarde aquí, a las dos de la tarde los ensayos apenas terminan y yo puedo ir a casa tan rápido como puedo. Emily ya comenzó a ponerse ansiosa.

Al llegar compruebo lo que ya supuse, está ya lista para irse. Su cabello está perfectamente trenzado y lo sobrante cae sobre sus hombros en esas perfectas ondas castañas.

¿Por qué tiene que parecerse tanto a Ruggero?

Evito pensar en eso mientras me baño y alisto para salir.

Cuando bajo son las cuatro, me despido de mamá que como siempre ha venido a cuidar de la pequeña. Ella me desea suerte y le agradezco.

La vamos a necesitar.

—Mami, estoy tan feliz. —me hace saber mientras caminamos al auto.— ¿Crees que le agrade?

—No quiero desilusionarte, Emily. Pero el tiempo ahí es limitado, lo suficiente para tomarte una foto, hablar un poco con él y listo. Hicimos un trato, uno que vas a respetar, luego de esto, fingiremos que nunca te enteraste de quién es tu padre y seguiremos con nuestras vidas. ¿Estamos?

Ella asiente, abrocho su cinturón y cuando Rocío se sube, emprendo camino hacia el lugar.

Durante todo el camino Emily sostiene una pequeña caja en sus manos, evito preguntar qué es.

Little Woman's WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora