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—¡Que bien! —escucho su carcajada. Suspiro.

—¿Qué ve?

—Soy Luna, temporada dos capítulo yo que sé. —suspiro.— Gio, Ruggero ha fomentado en ella el amor por la serie. Y ahora no deja de decir que lutteo gana siempre.

—Típica frase de Ruggero. —se ríe.— ¿Cómo te ha ido con esto?

—Bueno, desde que decidimos emitir el comunicado todo parece ir extrañamente bien. —suspiro.— Pero eso sí, hay gente que se volvió loca.

—Gente no, las traumadas como ustedes las llaman que jamás se bajaron del barco.

Asiento, eso era evidentemente cierto.

Hace solo una semana lo había hablado con mi equipo de trabajo y acordamos que sería una buena idea decirle al mundo que tengo una hija. Le hice saber a Ruggero cuál era mi decisión y entonces decidimos emitir el mismo comunicado.

No recuerdo exactamente todo, pero sé que pusimos algo como...

Tenemos una hija en común, y como sus padres hemos decidido mantenerla bajo el anonimato absoluto. Nuestras vidas profesionales no se mezclan con nuestra vida personas y no expondremos a nuestra hija si no es necesario.

Entonces todo el mundo enloqueció porque evidentemente les sorprendió que emitiéramos el mismo comunicado exactamente a la misma hora. Y desde entonces no han parado de pedirnos que aclaremos también si somos pareja.

Y que publiquemos al menos una fotografía de Emily.

Eso por supuesto no va a suceder, pero lo que si ha sucedido es Ruggero extendiendo su visita en México, llevándola a pasear y demás.

Obviamente me hija está muy emocionada, y ahora no deja de hablar de su padre y de todo lo que él le ha dicho.

Ve la serie todos los días luego de llegar de la escuela, y es una gran fan. Ya hasta se ha aprendido las coreografías y quiere aprender a patinar.

Si, creo que ella se está ilusionando demasiado y cuando Ruggero se vaya, será realmente difícil.

Pero, bueno. Al menos ahora disfruto de su felicidad.

—Cuando llegue a la tercera temporada va a odiarte. —aseguro divertida.— Por favor, no le digas que sabes patinar.

—Bien, lo prometo. —se ríe moviendo el coche de bebé.— Jamás había visto a Emily tan emocionada.

—No yo, pero supongo que es el efecto de tener a su padre en su vida.

—¿Le dijiste ya que Ruggero en algún momento tendrá que irse?

—Sí.

—¿Y?

—No me escuchó.

—Uy. —suspira.— Mijita, tienes un problema.

Asiento, ella solo sonríe mirando su teléfono.

—Me tengo que ir ya, Pasqualini nos va a llevar a cenar.

—Ay no, no te vayas. —casi suplico.— Ruggero va a venir y mamá tuvo algunos pendientes, no quiero estar sola con él.

—No estarás sola, y él viene a ver a Emi. —se ríe.— Y, oye. Tal vez puedas contarle la verdad.

—¿Qué después de dos años sin actuar acepté el protagónico de una película y que ahora viajaré a Canadá con Emily apenas ella acabe sus estudios?

—No, sabes a lo que me refiero.

—Ah, entonces nadie hablará de eso.

Ella niega, repite que Ruggero merece saber cuál es la razón por la cual me alejé de él y ni creí en él.

Little Woman's WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora