Pequeña...
Asumo que llegaste ya a la última hoja de todo lo que he escrito y te frustra no conocer el nombre de la persona que te dio la vida.
Y comprendo tu molestia, comprendo lo que sientes y sé que probablemente no vas a perdonarme por no haberte dicho lo que querías escuchar. Pero hoy voy a darte las razones...
Antes de empezar, quisiera que todos los consejos que al principio te fueron dados, los practiques, porque como te dije al principio, desafortunadamente aún vivimos dentro de un mundo y un sistema en las que las mujeres no somos las favoritas, ¿sabes?
Quisiera que siempre que necesites ayuda, acudas a personas de confianza y no pretendas descarrilarte del camino. Porque, cariño. Por experiencia propia te digo que no está nada bien intentar vivir una etapa que no te pertenece, no está nada mal disfrutar de tu edad y de las lindas experiencias que con sabiduría recolectas para tu vida.
Estoy muy orgullosa de ti, ¿sabes?
Eres una princesita hermosa, valiente y sumamente carismática.
Y por eso voy a pedirte que no cambies nunca por nada, ni por amigos, ni por amores, ni nada que te haga perder la esencia de esa niña tan maravillosa que yo traje al mundo.
No sé qué edad tengas para cuando leas esto, pero si lo estás haciendo es porque mínimo tienes unos ocho añitos, mi amor. Y sí, esa ya es una edad en la que preguntas por tu padre y necesitas saber de él, y bien, ya es hora de decirte por qué no sabes su nombre...
Y la razón es porque...
Bueno, porque tengo miedo, me asusta saber que no va a recibirte como tú quisieras y esperas.
Y es que resulta que después de haberme ido, le hice mucho daño, y muchos rumores llegaron a sus oídos, ¿sabes?
El caos de todo esto es que él ahora piensa que tú no existes, y que yo estoy muy lejos de aquí. Bueno..., teóricamente lo estoy. Pero tú sí existes. ¿Entiendes?
Sí, tal vez no... Así que solo me queda decir que lo siento...
Ya sé que esto no es lo que quisiste para tu vida y lo siento, realmente lo siento.
Claro que sabes quién es tu padre, probablemente lo hayas visto, ya sea en fotografías, porque escuchaste su nombre o porque simplemente escuchaste una conversación de una de las personas que lo conocieron.
Ya sé que pensaste en muchas personas, y sí, uno de esos nombres debe ser.
Pero, bien. En el lugar en el que encontraste este cuaderno, hay muchas fotografías, cada una enumerada por el orden en el que escribí de cada persona, unas son solo para que conozcas a esas personas, pero la última, es una que va a llevarte a la realidad.
Esa persona que está conmigo es tu padre, y se llama Ruggero Pasquarelli, es seis años mayor para mí y de procedencia italiana. No puedo decirte más de él, es todo lo que puedes saber.
También quiero que sepas que cuando eras una bebé, tenías sus ojos, su cabello ondulado y exactamente la misma sonrisa. Me atormentaba a decir verdad.
Y mamá decía que era castigo divino...
Probablemente sí...
En fin, probablemente ahora estés buscando en internet, y sí, van a salirte muchos resultados...
El cantante y actor italiano que conocí en un proyecto, ese que iba a dejar a su novia y su vida por mí, pero hui.
No puedo contarte la historia, cariño. Solo sé que hice bien al alejarte de redes sociales, de todo ese mundo y que ahora tienes la vida que quise que tuvieras. Querías saber quién sería tu padre, y temo respecto a lo que vayas a hacer después. Pero ahora sé que ya no puedo retroceder.
No fue un buen momento cuando todo sucedió, ¿sabes?
Como te dije una vez... vivimos en un pequeño mundo de mujeres.
Hemos sufrido distintos tipos de abusos, laborales, sexuales..., la lista es larga.
Y fui víctima de muchos de esos abusos, mi salud mental estaba demasiado deteriorada, me volví una persona insegura y comencé a odiar mi cuerpo y las malditas redes sociales.
Cuando me enteré que iba a tenerte no atravesaba el mejor momento de mi vida artística o personal, me sumí en una profunda depresión que de una u otra manera me quitó todo, y cuando supe que serías niña tuve la idea de escribirte esto.
Como mujeres estamos expuestas a muchas cosas, a muchos abusos que vienen inclusive de las mismas mujeres. Y eso está mal.
Está mal porque aún no logramos unirnos y luchar por lo que es y no por lo que debería ser, estamos encerradas en un sistema en el que aunque te esfuerces el doble que un hombre, tu salario o la recompensa a tu trabajo, dependerá de qué tan bonito es tu cuerpo y de qué cosas estás dispuesta a hacer.
Alrededor de mi formación como actriz hubieron personas que me hicieron mucho daño, ¿sabes? Y todo eso se convirtió en un inexplicable miedo que me cohibió de muchas cosas. Como también me hizo darme cuenta de que si quería tenerte y darte una vida de calidad, debía alejarte de lo que tanto daño me hizo.
Las redes sociales...
Porque es que detrás de una pantalla todo el mundo parece ser valiente y arriesgado, no saben el dolor o la molestia emocional que causan, vienen a buscar la atención que no les dan en casa con un extraño que ellos dicen odiar.
Entonces me pregunto... si una persona no te agrada... ¿Qué haces tomándote la molestia diaria de buscar su perfil y comentarle tantas cosas para que note tu existencia?
Muchas veces tuve ganas de decir... Perdona, pero mi trabajo no es darte la atención y educación que en tu casa no te dan.
Pero luego comprendí que no tenía sentido, y lo único que me importaba era protegerte a ti de ese mundo. Quería educarte y que comprendieras que no porque sea internet tienes derecho a exclusivamente ofender personas y demostrar que tus padres tuvieron dinero para darte un celular pero no para darte educación suficiente.
Y que pena me dan ahora esas personas que desfogan sus problemas insultando a otras, y sobre todo, me dieron la idea de que realmente no quiero que mi hija crezca haciendo ese tipo de cosas.
Me desvié mucho del tema, ¿verdad? Pues en fin... Ahora que tienes la valiosa información en tus manos... Realmente espero que lo uses con sabiduría.
Y que por favor... No le digas a tu abuela.
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Que ansiedad, que ganas de que comiencen a leer las respuestas de cada persona.Ahora sí, se vienen los capítulos narrados.
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Little Woman's World
Lãng mạnY si pudiese escuchar mi propio consejo, diría que soy todo lo que nunca pude ver.