RECONCILIACIÓN

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La llegada de los sayayins fue un carrusel de emociones para Piccolo, empezando por el hecho de saber que era un nameksuei y el de darse cuenta que no pertenecía al planeta Tierra le hizo entender el porqué muchas veces se sentía tan diferente a los demás. El regenerarse, su color de piel y el hecho de que sólo necesitaba agua para sobrevivir le hacía sentirse algo raro cerca de los terrícolas . Y, el saber que podía reproducirse sin necesidad de una pareja.

En fin, todo esto le ayudó a entenderse mejor a si mismo, y en el fondo le tranquilizaba bastante saber que no era el único de su especie.

Sin embargo, algo que cambió su manera de ver las cosas fue el hecho de que, sin entender muy bien sus sentimientos, no pudo evitar sacrificar su propia vida por la de aquel pequeño mocoso al que estuvo entrenando por todo un año del ataque de Nappa. ¿Qué estaba pasando con él ?.

- ¡No se muera señor Piccolo! Mi papá vendrá pronto! ¡Porfavor! ¡No se muera! - Gritaba Gohan desesperado con los ojos llenos de lágrimas.

En ese momento Piccolo por fin entendió el hecho de que se había encariñado con aquel niño, aquel que era hijo de Milk y su peor enemigo Goku. Sin embargo, y sin entender muy bien porque, no se arrepentía de nada . Vaya, otra vez, sin darse cuenta, se había vinculado emocionalmente con otro ser humano.

- Gohan... he disfrutado mucho de estos seis meses de tu compañía... Fuiste mi primer amigo sincero... Gohan... t-te quiero - fueron las últimas palabras que pudo decir antes de morir. ¡Malditas emociones! Afortunadamente, Goku llegó relevarlo en la batalla y con mucho esfuerzo pudo derrotar al malvado Vegeta, dejándolo volver a su nave pero advirtiéndo que no debía acercarse nuevamente a la Tierra.
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Tras la complicada batalla y con la ausencia de las semillas del ermitaño, todos acabaron siendo internados en el hospital. Y siendo francos, esos días en los que tuvo que ir a atender a su esposo fueron horribles para Milk, a pesar de que estimaba a Goku y trataba de cuidarlo adecuadamente, en el fondo no dejaba de pensar el Piccolo.

El hecho de que Gohan le hubiese contado que se había sacrificado para salvar su vida le había conmovido. Aquel namek seguía siendo el mismo que conoció años atrás y eso le tranquilizaba; por un momento de verdad se había creído el cambio que tanto intentó demostrar.

Goku estaba preocupado por que su esposa no estaba muy atenta con él ; algo le sucedía, incluso estaba demasiado molesta, Goku pensaba que se trataba de el hecho de haber atrasado a Gohan en sus estudios.
No, él no debía enterarse. Y no es que estuviese molesta, es que el hecho de haberse reencontrado con Piccolo el último año había revivido el amor que sentía , y ya no se sentía cómoda al lado del hombre que su padre le había obligado a tomar como esposo.

Como ese día, en el que la morena tomaba un café, su padre la acompañó y notó que su amada hija de espíritu jovial y belleza sorprendente se apagaba por la preocupación, el trabajo y el descuido

- Papá, ¿qué te sucede? - preguntó Milk con temor al notar la tristeza en los ojos de su padre.

- Hija mía, perdoname... Yo te hize esto - manifestó con pesar al borde de las lágrimas.

- Papá, no entiendo -.

- Te pedí que te casaras con un hombre que te abondona seguidamente, uno que te hace a un lado... Cuando pude dejarte ser feliz con Piccolo... perdón, hija - se cubrió el rostro con las manos.

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