AMOR IMPOSIBLE (pt. 2)

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- Papá, lo siento pero no es Goku de quien estoy enamorada. - Piccolo se puso rojo como un tomate al oír esas palabras. Acto seguido, la princesa se levantó del asiento, y poniéndose junto al namek lo tomó de la mano.- Quiero casarme con Piccolo, espero que me des tu bendición.

- ¡QUÉ! - Gritó rabioso OxSatán. - ¡NO! ¡TU NO VAS A CASARTE CON ESE DEMONIO! ¡TE LO PROHÍBO!

- Pero papá, nosotros nos amamos, llevamos saliendo ya por algunos meses y... -.

- ¡NO VOY A TOLERAR ESTO! ¡Y TÚ, MALDITO DEMONIO, QUITA TUS SUCIAS MANOS DE MI HIJA EN ESTE INSTANTE! - le gritó Ox Satán a Piccolo, dejándolo en blanco con aquellas palabras. OxSatán siempre había sido muy amable con el, pero en esta ocasión lo miraba con un odio indescriptible.

- ¡¿Papá, qué diablos te pasa? ! ¡Sólo queríamos informarte sobre nuestra relación para que nos dieses tu bendición! - gritó Milk disgustada con el tono que había usado su padre.

- ¡No voy a darles nada!- replicó su padre - ¡Tú no vas a salir con el hijo de Piccolo Dai Maho! ¡Eso traería desgracia a nuestra familia! Además el no es un buen partido; tu tienes que casarte con Goku, el héroe legendario, que además ya te ha prometido su mano en matrimonio y yo creo que...-

- ¡GOKU NO MERECE ESTAR CON SU HIJA COMO YO! - protestó molesto el namek - él ni siquiera ha estado con ella, nosotros hemos convivido juntos, y no me parece justo que me vuelvan a comparar con mi padre! Además, usted no tiene ningún derecho a prohibirnos algo! -.

- ¡Soy su padre, y tengo todo el derecho! Tiene que obedecerme, y si le digo que va a casarse con Goku, Goku será su esposo!-.

- ¡Eres un maldito! - Gritó Piccolo en posición de ir a atacarle. OxSatán lo miró y soltó una risa sarcástica, lo cual confundió al namek haciéndole frenar su golpe.

- ¿Ves? ¡No puedes controlar los genes que heredaste de ese malvado monstruo! ¡Estos años que te hemos dedicado no han servido de nada! ¡Sigues siendo el malvado Piccolo Dai Maho, hijo del rey de los demonios! ¡Si amaras a mi hija como dices, no te atreverías a levantarme la mano!-.

- Que! Pero... - Intentó explicarse el angustiado namek.

- Si de verdad la amas y quieres demostrármelo, debes dejar que se case con Goku ¿Qué clase de futuro le espera con un demonio como tú ? - Piccolo solo gruñó ya que en el fondo tenía razón.

Milk estaba pasmada sin creer lo que veían sus ojos, no podía contener sus lágrimas. Piccolo no pudo evitar voltear a ver a la peli negra, y al ver como se encontraba, pensó que lo mejor sería marcharse. Así que dio media vuelta y se fue volando, todo esto lo tenía confuso. A pesar de todo lo que OxSatán había dicho, el sentía que a pesar de su procedencia el podía darle una buena vida a aquella humana. Pero... Porqué no podía darle si quiera una oportunidad? "¡Ya está! ¡Esto no se iba a quedar así! ¡Si no aceptaba por las buenas, iba a aceptarlo por las malas!" P pensó, por lo que decidió que al día siguiente iba a regresar y se llevaría a Milk lejos de ahí.

La princesa discutió toda la noche con su padre, y a pesar de la terquedad de la adolescente, y tras muchas horas de discusiones, finalmente pudo convencerla de que la persona con la que debía casarse era Goku, por el bien de su familia, su madre estando viva no hubiese aceptado verla casada con el hijo de un demonio. Además, ¿Que clase de hijos tendrían? ¿Y si en algún momento aquel demonio decidía volverse malévolo de nuevo? ¿De verdad sería ella capaz de elegir a un bastardo antes que a su propio padre? Finalmente con un buen bombardeo de chantaje emocional y con todo el dolor de su corazón decidió aceptar las condiciones de su padre.

A la mañana siguiente, Piccolo decidió volver a ver como estaban las cosas, por lo que cautelosamente entró al cuarto de su amada por la ventana. Y allí estaba, aún durmiendo, se notaba que había estado llorando toda la noche, ya que tenía una ojeras enormes. Piccolo se acercó lentamente a ella, y despejando la frente de la terrícola con la mano, consiguiendo que despertara. Sin embargo, Milk dio un salto al ver que Piccolo estaba en su cuarto en aquel momento.

- Piccolo, pero.. ¿qué haces aquí? Deberías irte, como te vea alguien, mi padre te mata - advirtió esperando que nadie estuviese oyendo la conversación.

- ¡Ha!, tu sabes que él no puede conmigo, soy el hombre más fuerte de este mundo - respondió en namek sin importarle alguna consecuencia.

- Da igual, debes irte, no quiero que te vea aquí-.

- ¡No me iré sin ti! - Gritó, la peli negra se puso roja como un tomate ante esta afirmación. Aún amaba a aquel demonio, y realmente quería vivir a su lado aunque eso implique escapar para siempre con él . Pero después de todo lo que había hablado con su padre tenía muchas dudas. No, mejor era dejar las cosas como estaban. Ademas... no podía hacerle esto a su padre.

- Milk, huyamos juntos - le dijo Piccolo acercándose a ella para besarla, pero su amada le volteó la cara.

-¿Que diablos te pasa? - Preguntó extrañado.

- Piccolo, tu y yo... ya no debemos vernos más - contestó la princesa con lágrimas en los ojos. Piccolo se quedó blanco, el estaba enamorado de ella y había sido correspondido. No sabía porque quería dejarlo ahora después de lo felices que podrían ser.

- ¿Seguirás las ordenes de tu padre? - Dijo seriamente.

- Si, ya no nos veremos más Piccolo - Le dijo tratando de contener sus emociones.

- Pero Milk, yo se que tu también me amas, ¿me dejarás después de lo que hemos pasado juntos? ¡Si hize y haría todo por ti! - Dijo Piccolo poniéndose nervioso.

- Es lo mejor Piccolo, lo mejor para mi familia y para mi futuro; además mi madre quería que me casara con un héroe, no con el hijo de un villano... He decidido que lo mejor es olvidarte Piccolo - Dijo Milk sonando firme pero dolorida.

- ¿Eso soy para ti? ¿El hijo de un villano? - Dijo Piccolo exaltado dándose media vuelta - creí que eras diferente, me ves como todos los demás... Pero a pesar de todo... no me rendiré tan fácil - La miró a los ojos con odio en su mirada - Dentro de un año, yo mismo me encargaré de matar a ese tal Goku... ¡No voy a permitir que ese maldito sea tu esposo! ¡A partir de hoy  entrenaré sin descanso hasta ver a esa sabandija bajo tierra!-.

- ¡No puedes hacer eso! ¡No puedes convertirte en ese ser malvado! - le gritó Milk llorando con una variedad de emociones.

- Soy el hijo de Piccolo Dai Maho, ¿Recuerdas? Puedo hacer lo que me venga en gana y he decidido que voy a retomar los planes de mi padre - Le contestó con una mirada llena de maldad. Sin embargo Milk que lo conocía mejor que nadie, pudo ver que Piccolo estaba bastante nervioso y destrozado, pero las cuestiones de orgullo lo obligaban a contenerse.

- Piccolo, no digas eso, ya no eres el mismo de antes - Dijo tratando de acercarse a él para abrazarlo e intentar calmarlo, pero el namekiano tomó su muñeca y empezó a estrujarla fuertemente, Milk gimió de dolor ante tan acto.

- Nos vemos dentro de un año ¡Y prepárate! Porque lo que hizo mi padre no se va a comparar en nada a lo que tengo planeado a hacer con este mundo... Espera y verás. - Dijo soltando su muñeca y emprendiendo el vuelo.

Continuará...

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