Epílogo

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En este tiempo Alexa hizo lo posible en poner orden a algunos pendientes atrasados, uno de ellos es el que su mate deje de ser celoso y la deje cumplir con su rol de alfa, estar embarazada no le impide seguir con sus obligaciones

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En este tiempo Alexa hizo lo posible en poner orden a algunos pendientes atrasados, uno de ellos es el que su mate deje de ser celoso y la deje cumplir con su rol de alfa, estar embarazada no le impide seguir con sus obligaciones.

Con el pesar de los días, nadie podía creer lo que pasó con el alfa Alexis, todos pensaban y creían que era un desalmado, pero el palmo de narices que se llevaron al saber de su muerte.

Los pocos enemigos que tenía se alegraron de su muerte, sabían que ante la diosa tendría su merecido, nadie se podía meter con él aquí porque llevarían las de perder, pero en el reino de la diosa luna era otra cosa.

Aquel alfa desde que "murió" Dayana en sueños venía a implorarle a la diosa que le ayudará a ser mejor persona y si algún día llegaba a morir el castigo sólo lo recibiera él, sabía de sobra aquella mujer el motivo, pero no podía hacer tal omisión, aquí a ambos se juzgan por igual.

Bestia y humano incumplieron muchas cosas, unas más graves que otras.

El día de su juicio, se presento como espíritu y no como visitante al reino de la diosa luna, observo su vestuario fácilmente podría confundirse con la decoración del castillo de la deidad, era completamente blanco: pantalón de vestir, camisa, saco y corbata.

Cansado y derrotado es que caminaba por ese largo pasillo, no quería implorar más, era caso perdido, al ver a su lado un lobo gigante de igual color que su vestimenta, comprendió quien.

El lobo por su parte sabía quien era el humano, lo reconoció desde que entraron al castillo pero no tenía el valor de verlo a la cara, camino sigilosamente detrás de él y sólo hasta ver que el camino de color rojo acababa detrás de un portón grande, quiso ponerse al par del humano.

De aquel portón salió una mujer demasiado pálida, su cabello suelto era blanco haciendo juego con su vestido del mismo color, sólo que en la parte del faldon tenia dibujos de lobos simulando aullar de color negro y oro, extendió las manos en dirección a ellos.

―Por fin se ven las caras hijos míos―menciona la diosa.

Ambos automáticamente hicieron reverencia, pues delante de aquella mujer todos eran iguales, aquí no importaba el rango, sino tus acciones.

―De pié hijos, saben a lo que vienen aquí.

Lentamente se incorporaron, querían retrasar un poco más su juicio.

―Vamos hijos, debemos darnos prisa o no tendrán tiempo de hablar entre ustedes.

El decir eso los descoloco, ambos se vieron compartiendo la misma cara de preocupación y en silencio siguieron a la mujer.

Cuando terminaron de entrar a la habitación  las puertas se cerraron instantáneamente, eso incrementó el miedo de ambos y con la cola entre las patas el lobo se acercó al humano buscando alguna protección.

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