Entre el bosque aparece un grupo de rouges corriendo a nuestra dirección, todos nos preparamos para atacar, pero ni siquiera logra salir toda la manada del bosque cuando ellos comienzan a inflarse y explotar, empiezan de atrás hacia adelante, el líder al voltear y ver eso acelera su andar en nuestra dirección.No llegó a atacar a nadie, ya que las brujas rápidamente formaron una barrera protectora que al explotar el rouge vibro el muro.
Lo más extraño es que no hay viseras o extremidades, al ver que no hay peligro eminente retiran la barrera protectora, algunos soldados licántropos y demonios caminan por el lugar donde explotaron buscando a algún rouge vivo o pista de lo que acaba de ocurrir, no haya nada, mientras otros demonios temerosos vuelan buscando una mejor vista del paradero de ellos, no tardan mucho en anunciar desde su nueva ubicación que no hay nada de movimiento.
―Ese maldito viejo está jugando con nosotros―gruñe Aide.
Los demonios bajan con sumo cuidado de no lastimar a nadie con sus alas y los soldados vienen a nuestra dirección.
―Tienes razón Aide, siempre le gusto hacer eso al viejo, déjenos adentrar al bosque alfa―sugiere Antón.
Aide asiente ante esa idea.
―No, todos nos quedaremos a una distancia prudente, no sabemos exactamente qué planea y no nos vamos a arriesgar, ¿quedó claro?―gruñe Estratus.
―Sí... Rey―murmura Antón.
Aide no dice nada, pero su cuerpo se ve tenso.
De repente sentimos como la tierra vibra bruscamente, las hojas de los árboles caen rápidamente, como si las sacudieran frenéticamente de la copa, todos acortamos el espacio y quedamos hombro a hombro buscando alguna señal del enemigo.
―Alfa―me llama Tomás―están escondidos a unos metros de aquí, el cazador solo está ganando tiempo...
―¡¿Para qué?!―grito.
―Unos cazadores traen encadenada a la abuela de Gil, pero una bruja arrastra a un joven embarazada.
A mi lado Alexa se tensa, Gil es detenido por Treice y Antón, pero mi vista empieza a ponerse roja, Leonardo y yo comenzamos a perder la paciencia con tanto secreto y a paso decidido camino a Tomás.
―¿Cómo es?―pregunto ansioso.
―Cierre los ojos cuando toqué mi mano y lo verá―es lo único que menciona.
Toma una larga inhalación mientras cierra los ojos y extiende su mano derecha en mi dirección, hago caso a su pedido y sin tiempo a acostumbrarme entro al bosque a una velocidad increíble tanto que me cuesta visualizar el panorama, por suerte ningún árbol o demás vegetación me lesionara, de repente soy detenido abruptamente en un punto que ubico como la zona de nadie, muchos rouges y demás seres la ocupan para sus fines y veo que para esos cazadores fue de utilidad.
Desde este punto de vista, puedo ver a varios rouges transformados, híbridos igual, lobos con alas, brujos oscuros, cazadores y hasta el final va una mujer mayor encadenada, pero a su lado está ella. Mi luna. Su estómago ha tomado forma, tanto mi lobo como yo nos emociona verla.
Poco dura la emoción pues soy traído a la realidad violentamente, con furia observo quién se atrevió a ello y me topo con los ojos ámbar de Aide.
―Lo siento alfa, pero no puedo dejar que se pierda en su nube―menciona jadeante.
―Si le sirve de información alfa ya vienen avanzando―informa Tomás apoyándose en su hermana y madre.
No digo nada, tengo mucho que procesar y sobre todo calmar mi irá, tomando mi posición anterior, noto como Alexa lanza una mirada nerviosa a Daniel y esté la ignora, eso enciende más mi irá.
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No te esperaba
WerewolfAlexis Roch es un alfa temido, no necesita una Luna, necesita estar con la cabeza fría y entrenar. ¿Su meta? tener la mejor manada y sólo eso, nada tiene más prioridad para aquel alfa. ¿A caso el alfa no lo pudo controlar? ¿Qué esperaba él? ¿Qué c...