Cafetería "Su casa"

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Puede que el hechicero tenga razón, debemos estar preparados a todo

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Puede que el hechicero tenga razón, debemos estar preparados a todo.

―Ahora si hermanito querido, te deseo un buen viaje y trata de no mostrar tu mal genio―dice con una sonrisa ladina―recuerda, ella no debe saber tu verdadera naturaleza, está todo en juego, ¿ok?

Obviamente, no echaré a perder esta oportunidad y eso incluye controlar mi temperamento.

―Estoy más que preparado para esto, espero y sea fácil, no me hace gracia tu chistesito, en fin ¿otra cosa que deba saber de ella?, digo con tu buena descripción uno no sabe, si se te olvidó algo importante, no sé ¿cómo coño se llama?, no voy a entrar y decirle: "tú brujita desmemoriada muévete y sígueme" ¿o si hermanita?―copió su sonrisa―así que dime.

Su mate sonríe ante mi comentario, pero la mujer no le hace nada de gracia.

―Que parte no entiendes―suspira―tienen algo de parecido, si, pero eso lo podrías saber, si aún recuerdas algo de ella.

Si aún recuerdo algo...

Esa frase hace eco en mi mente, no quería admitir mucho, pero llevo rato tratando de recordar algo de ella y lo único que llevo es su nombre y una vaga silueta.

Es como sí, los recuerdos los fuera perdiendo poco a poco, Leonardo también está alterado por ello y no hay a quien preguntarle si es bueno o no.

Con esta situación me hace dudar si en verdad vale la pena pedirle este favor a mi hermana.

―... pueden hasta tener el mismo nombre, ¿ya con eso aclaro tu duda o más específica quieres que sea?

Con su pregunta me hace reaccionar y espero no haya dicho algo importante.

―Si ya brujita, muy claro―toco el puente de mi nariz―ahora me iré, tengo mucha distancia que recorrer al pueblo humano―recuerdo algo relevante―por cierto, si papá te pide hacer una guerra, recuerda que el consejo lo quito por su ineptitud al liderar la manada.

Volteó sin esperar respuesta y subo a velocidad el carro, quiero que esto ya termine y con eso en mente arranco el auto.

Al pasar por el centro de la manada observó a mi beta mirando el vehículo, tanto él como los demás saben que cuando el alfa no está él como beta queda al mando de todo.

Maniobro para emparejarme cerca de él y escuchar que me dirá, una vez cerca bajo la ventanilla de mi lado, para mayor comodidad para ambos.

―Alfa―se inclina rápidamente―ya está todo listo, en la casa ya se instalaron las cosas que pidió y las mujeres humanas ya llegaron para limpiar la casa. A la hora que usted llegue estará todo en orden.

―Gracias. Me voy ahora y cuídate mucho. Nos vemos hermano.

Una vez terminando la pequeña charla con mi beta, arranco el auto para salir a carretera.

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