No te esperaba

Un alfa debe ser fuerte

―¡Por favor que alguien me ayude!, mi esposa está desangrándose―gritó entrando al lugar.

Algunas personas que estaban en la recepción voltean a verme y solo veo a dos enfermeros movilizarse, toman una camilla y corren en nuestra dirección.

―Señor, recuéstela en la camilla―dice uno de ellos.

Inmediatamente, hago lo que me piden y emprenden su camino yendo por el pasillo de la derecha, estoy por ir detrás de ella cuando soy detenido por una enfermera.

―Debe esperar en la sala de espera―
dice la enfermera señalando detrás de mí.

Hace unos instantes no se movió de su sitio y ¿ahorita se atreve hablarme así?, ¿qué se cree?, un alfa siendo tratado con tanta confianza, si estuviéramos en la manada ella no me prohibiría nada, al contrario, temería por hablarme así y no atender a mi luna correctamente.

―Tienes que hacer caso, es por el bien de ella y nuestro cachorro―reprocha mi lobo.

Gruño en desacuerdo.

Observo a la enfermera caminar por el mismo rumbo que los enfermeros tomaron y yo me recargo en la pared más cercana bajo la desaprobación de las otras enfermeras, pero no tengo cabeza para ir a donde me indicaron.

Escucho pasos acelerados detrás de mí y por el olor sé de quienes se tratan.
―¿Cómo está ella?―pregunta mi hermana apenas está a mi lado.

―¿Ya han dicho algo los doctores?―pregunta seguido mi cuñado.

No volteo a verlos, ni les contesto y mi silencio aumenta su incertidumbre.

―Si gustas, ya te puedes ir, nosotros nos quedamos con ella, no queremos que interrumpas tus cosas de Alfa, por algo sin importancia. Vaya tranquilo alfa, que dé la humana, nos encargamos―brama mi hermana.

―Si, gracias por traerla, ya me haré cargo de llenar el papeleo, de nuevo gracias Alfa―dice con odio mi cuñado.

No me quiero ir, pero sé que es lo mejor, no quiero estar más tiempo aquí, donde sé que ella está muy grave. Si, tan solo no hubiera sido así con ella, nada de esto estaría pasando...