Arduo entrenamiento

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Estoy emocionada de que esté Aide aquí, cuando menciono que llegaba hoy no le creí y que sorpresa fue verla aparecer en el patio junto a otros chicos

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Estoy emocionada de que esté Aide aquí, cuando menciono que llegaba hoy no le creí y que sorpresa fue verla aparecer en el patio junto a otros chicos.

Ella en las pocas veces que hablamos en ningún momento me habló de su pareja, pero hoy había un aura diferente en ellos y su prima, la vez que vinieron por ella, estaba muy contenta hasta la abrazo muy fuerte y hoy estaban alejadas.

Vamos todos subiendo las escaleras y mi abuela va repartiendo las habitaciones, aún no entiendo como es que en esta casa existan tantas habitaciones, que sin problema alguno todos cabemos en el mismo piso.

―Bien, Aide eres la última, esta es tu habitación―menciona mi abuela.

Detiene su andar y voltea a vernos.

―Gracias, sólo una cosa...

―Las habitaciones de este lado cuentan con baño, así que no tendrás que salir más que a comer y entrenar.

Aide sólo asiente con la cabeza y camina al cuarto.

―Aide, no te preocupes todo se resolverá―anima mi abuela.

―Eso espero―susurra.

Vemos como entra a su aposento temporal decaída.

Mientras mi abuela me hace señas para entrar a mi habitación, que convenientemente está enfrente de la de Aide. Una vez cerrando la puerta toma asiento en mi cama y hace señas para que me siente a su lado.

―No vayas a preguntar tocante a su pareja Dan, es mejor dejarla―advierte.

―¿Sucede algo malo en ellos?―pregunto confundida.

―Digamos que el tiempo no ha sido su mejor aliado.

―Abuela con eso me dejas más confundida.

―Sólo no la hostigues, deja que ella te cuente lo que quiera y no preguntes más, para un vampiro, licántropo y demonio hablar de su pareja eterna es delicado.

―¿Así como con Alexis?

―Más o menos―hace una mueca―así que espera que ella te cuente y no irrumpas en su habitación por el momento.

―No abuela, dejaré que ella hablé, pero no me quites el privilegio de ir a su habitación, tengo un mes que no la veo y hay mucho que contar...

―Exactamente, no sólo es el tema de mi pareja, también está el tema de que estuve haciendo en estos días―menciona Aide.

Ambas volteamos en dirección a la puerta y la vemos recargada en ella, muy tranquila.

―Así que tus poderes han regresado―menciona mi abuela.

―Si y todo es gracias al brujo blanco.

Camina en dirección a nosotras y toma asiento en el piso a una dirección cercana al pie de la cama.

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