Animal indefenso

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Genial

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Genial.

Simplemente genial.

Ahora que quiere el pesado del encargado, él no es el dueño de la cafetería, pero si el hijo de la dueña y creé tener derecho en hablarnos mal.

Volteo a ver lo y esperar a que suelte su veneno, desde que llegue él no hace más que exigir y mandar, aquí y allá, y por la paga no vale la pena soportarlo.

―Hasta que te dignas a voltear, mañana es tu día libre, nos vemos y por favor cuídate.

Solo muevo la cabeza de arriba hacia bajo y algo extrañada.

¿Tendrá algún problema de memoria o qué?

Esa frase dicha por su boca fue muy extraña, desde que llegué todos me advertían de su extraña forma de ser, delante de su madre se comporta amable con nosotros, pero una vez se va ella a todos sin excepción, regaña por la mínima cosa, hasta con los clientes tiene ese trato y muchos prefieren irse antes de verlo.

Soltando un suspiro es que empujó la puerta de la cafetería, sin olvidar que antes de ir a casa pasaré a comprar la cena.

Soltando un suspiro es que empujó la puerta de la cafetería, sin olvidar que antes de ir a casa pasaré a comprar la cena

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―¡Ya estoy en casa!―grito.

Tarde más de lo pensado, no creí que ese joven me siguiera, quise creer que era una simple coincidencia, pero después de salir de la tienda comprendí que no, lo bueno es que en el mar de gente que hay por la feria me perdí.

Ahora que estoy en casa me siento segura y tranquila.

Pero me es raro que a esta hora no haya alguien, por eso trate de llegar a esta hora para no sentirme sola, pero veo qué no hay ruido del que es acostumbrado en esta casa, es un lujo que la casera tendrá, una lástima que tampoco esté aquí.

En esta casa vivimos 5 personas contando a la dueña de la casa, los demás somos jóvenes; 2 mujeres y 2 hombres.

La casa es pequeña, pero cálida para nosotros, en la parte de arriba cuenta con 3 habitaciones pequeñas y en la segunda planta cuenta con dos y cada una tiene su baño, no sufrimos por quién se bañará primero.

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