Pura furia

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Hoy era el casamiento de Paula, la mamá de Romeo.

Ya que me había olvidado, hace ya casi dos meses, Romeo se había ido en tour y no se si volvería para el
casamiento. Si no iba, no me molestaría en lo absoluto ya que aunque suene estupido, en estos dos meses separados lo único que hice fue extrañarlo todavía más.

Kara ahora me estaba ayudando a prepararme para el casamiento.

Me iba a poner un vestido dorado hasta los muslos con una atrevida espalda a la vista y un disimulado escote. Todo lo acompañaría como siempre, con unos tacos negros que dejaban todos mis pies al desnudo.

Al ponerme el vestido me quedaba grande.

- Kara, me queda gigante. Me lo probé hace un mes y me quedaba perfecto.

- Sigo insistiendo que es dieta de tu nutricionista no está bien.

No me juzguen. Le mentí que estaba bajo una dieta para que no me criticara por no comer.

- Ella me dice que estaba bien. Ahora ayúdame a coserlo y a achicarlo porfas.

- Okay.

Kara era experta en lo que es indumentaria. Era súper habilidosa con todo.

- ¿tienes idea se irá Romeo?

- No, ni idea. Y si va, seguramente va con Tiffany.

- ¿como estas con eso?

- No muy bien pero entendí que en algún momento tendré que superarlo.

- Esta Perfecto. Ahora deberás guardar otro vestido ya que en un año viene otro casamiento. - soltó mi amiga. Voltee con los ojos abiertos y ella me mostró su mano derecha chillando de la emoción.

- AAAAAIIIIIII- grite yo y comencé a llorar. Por suerte no me había maquillado todavía. - Felicitaciones de verdad. ¡Estoy demasiado feliz joder!

Me abalancé sobre ella y ambas caímos al piso. Comenzamos a reír y yo después a quejarme que que me golpee el costado de mi ombligo con la mesa de luz. Kara reía a carcajadas.

- ¿como te lo propuso?

- Fue anoche en la cena. Salimos a comer, me dijo las chorradas de que soy el amor de su vida y todo eso... y después se arrodilló y me propuso.

Yo no paraba de llorar ni de sonreír.

- Estoy demasiado feliz por ti amiga.

- Gracias. Y más te vale que seas mi dama de honor.

- Por supuesto.

- Bien. Ahora terminemos de arreglar tu vestido - me dijo y yo asentí.

Al poco tiempo, Kara ya había hecho magia con el vestido y no me quedaba mitad de teta afuera.

- Me debo ir rápido a buscar a Caleb así te vas yendo. - aviso Kara besándome la mejilla - pasala hermoso y no dejes que Romeo interfiera en tu humor. ¿Si?

- Por supuesto.

- ¿Caleb está con Neveah? ¿Lo busco verdad?

- Si. Lo iba a llevar pero si se hace hasta tarde, tendré que cargarlo por todos lados.

- Esta perfecto. También para que tengas una noche libre. Lo cuidaré a la perfección- me guiño el ojo y se fue. Sonreí.

Apenas se fue, yo tomé mi cartera negra y me fui. Subí a mi auto y como el hotel era muy alejado de la ciudad, empecé a manejar lo antes posible.

Perfecto desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora