Cosas que me encantaban

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Era el estudio de grabación más lindo y completo que vi en mi vida.

Era más pequeño que el de Columbia Récords pero parecía más cómodo y confortable. Parecía más casero.

- Escucha - me saco Romeo de mis ensoñaciones - Te dejamos sola con Caleb para que ensáyese tranquila. Estaremos abajo, llámame cualquier cosa que necesites.

- Dale, gracias.

Le sonreí y me acerque para besarlo rápidamente.

- Puaj - dijo Caleb riendo. Sonreí. - Vamos a ver Iron Man Romeo.

- Bueno, nos vamos. Usa lo que necesites.

Me sonrió y cerró la puerta.

Me quede viendo el estudio. Tenía matices de rojo, blanco y gris oscuro. Era una habitación que sin duda resaltaba del resto de la casa. Habían sillones a los costados y en una pared frente a un vidrio, un par de computadoras para grabar. Pase por la puerta que estaba a un costado donde todos los instrumentos se encontraban.

Después de unos minutos de adoración al lugar, me senté en uno de los sillones del lado de adentro y con mi guitarra empecé a practicar canciones ya existentes y algunas que compuse desde hace tiempo.

Teniendo en cuenta la cantidad de canciones que toque, debo haber estado alrededor de 2 horas tocando.

Salgo finalmente del estudio y voy a la habitación de Romeo, donde dejé mi teléfono.

Lo tomo y veo la hora. Son las 12:50. Joder, estuve dos horas y media en el estudio.

Bajo las escaleras y escucho ruido. Escucho risas y entre ellas, las inconfundibles de Caleb y Romeo.

Cuando bajo, veo a través del ventanal que da a LA que en la galería están los chicos de Malarkey y mi hijo.

Salgo hacia allí y cuando todos me miran con curiosidad, recuerdo las pintas que llevo: vestida en la ropa de Romeo.

- Hola Sarah- me saludan h todos.

- Hola.

- ¿Tuviste una buena noche?- me pregunta Austin con arrogancia.

Fulminó a Romeo con la mirada y el levanta los brazos de manera inocente.

- Cariño, juro que no dije nada.

<Cariño> Joder, que bien sonaba de sus labios.

Todos lo miraron sonriendo expectantes por el apodo y el respondió encogiéndose de hombros.

Wow, lo tenia naturalizado. Sonreí por ello.

Vi que sobre la mesa habían algunas cervezas abiertas y snacks.

- ¿Van a almorzar algo? - pregunte.

- Pedimos pizza. ¿Comes?- me ofreció Sam.

No quería. Mire a Romeo y el me miraba serio. De repente, sonrió de manera tranquilizante y asintió con la cabeza, incentivándome a decirle que si.

- Seguro.

- buenísimo porque compramos muchísimas pizzas.

Le sonreí a James. Me senté en una silla al lado de Romeo y este paso su brazo por mis hombros.

Desde la galería podía ver LA y un patio que era muy grande. Amaba la pileta de distintas formas de las que les hable antes.

- Mama, me quiero meter a la pileta- me dice Caleb mientras se sienta en mi regazo.

Perfecto desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora