Toda una vida

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Estaba en el aeropuerto esperando a Romeo. Me costó muchísimo entrar debido a la masa inmensa de fans que esperaban fuera. Entre con la ayuda de Tom y ahora estaba esperando Justo frente a la puerta por la que aparecería Romeo.

Me había puesto un jean con elástico arriba para que mi panza entrara, unas air force verdes y un top blanco. Se que muchas mujeres no, pero a mi me encantaba mostrar mi panzota de embarazada.

Por suerte ya me había acostumbrado a que la gente te tomara fotografías por cada paso que das; sino, en otro tiempo, me hubiera puesto incómoda.

Me llegó un mensaje de Romeo:

"Estamos yendo. Por cierto, estás muy linda vestida hoy"

Antes de que le llegara a preguntar como sabía, contestó.

"Twitter"

Sonreí. No se le escapaba nunca nada. Si ya estában viniendo, deberían llegar en muy poco tiempo.

Me puse a hablar con Tom sobre cosas triviales cuando el ping de las puertas automáticas, hizo desviar mi mirada hacia allí.

Allí apareció Malarkey y lo gritos de afuera me dejaron sorda por los próximos 20 minutos. Sin embargo, apenas lo vi pasar y verme, caminé rápido como pude hacia el. El se acercó también porque de verdad no era fácil acelerar el paso con semejante panza.

Me acerque a él, tomo mis mejillas y me beso. Joder, joder, joder. Necesitaba urgente esa sensación. Esa conexión. Un ratito después, apartó su cara de la mía y me miró.

- Mierda, como te extrañe.- susurró con su sexy acento británico y voz gruesa. Sonreí.

- yo también campeón- le dije y me beso rápidamente.

Prosiguió a arrodillarse frente a mi panza y puso sus dos manos en ella.

- ¿Como andan las dos niñas pequeñas más lindas de todo el universo?- susurró pero lo escuché y me derretí del amor. Beso mi panza y se volvió a incorporar.

Busco su bolso de mano. Mientras tanto, yo salude a todos los de Malarkey, a Amelia, y a los que conocía. Romeo volvió, se despidió de todos, tomó mi mano y salimos por la puerta.

- ¿se despiden así sin más? - pregunte sorprendida.

- Ya hicimos la charla antes, por eso.

- Ahh.

Cuando salimos fuera, los guardaespaldas nos estaban abriendo un pequeño espacio entre la gente. No me gustaba mucho la sensación esta porque te asfixiaba y tardabas muchísimo en llegar al auto.

Después de que Romeo saludara así muy en general, subimos a la van. Suspire aliviada. Esas situaciones sólo pasaban cuando estaba Romeo y de verdad me estresaban una poco a veces. Lo mire a Romeo, quien me miraba y sonreí.

- Anteayer fui al médico. - le conté y el levantó las cejas curioso. - Me dijo que Maddison y Lexie están de maravilla y que tienen planeado nacer en junio.

Sonrió de oreja a oreja.

- En tan sólo dos meses...- dijo sin poder creerlo Romeo. Sonreí yo ahora.  - Wow.

- en casa te tengo una sorpresa - le guiñe el ojo y sonrió.

El tema es que no es sólo lo que él piensa que es...

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Estábamos en la habitación después de ver todo lo que Romeo había comprado en cada país: cosas para casa, para el, para mi, para Caleb...

Perfecto desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora