¿Que quieres?

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Abrí los ojos y me levante en la habitación de la persona que jamás hubiera imaginado que volvería a mi vida.

Me voltee para quedar frente a él y observar sus expresiones como siempre. Lo acariciaba hasta que se relajara por completo.

Abrió los ojos poco a poco, y sonrió al verme. Siempre amaría esos ojos grises.

- Mmm, buenos días - dijo mientras se estiraba en la cama. 

- Buenos días.

- Recuerda que hoy invite a mi familia, Malarkey, Kara y Lucca para contarles la noticia.

Sonreí.

- Me gusta que estés tan emocionado.

El sonrió.

- No me puedes culpar. Hace una semana me enteré que la mujer de mi vida espera un hijo o hija mía. Tengo derecho a estarlo - hablo y me guiño el ojo. Le di un suave beso y me levante.

- Ire a ver cómo está el brazo de Caleb.

Caleb por suerte estaba sano pero se había quebrado el brazo derecho. Me asome por la puerta donde él dormía y allí estaba viendo televisión como cada mañana. Marvel y Disney de verdad eran la adiccion de mi hijo. Ya habíamos llegado hace una semana del hospital y yo seguía obsesionada con chequear que a Caleb no le doliera el brazo.

- Hola Cal, ¿cómo está tu brazo? - pregunte mientras me acostaba a su lado. 

- Bien, con el yeso ya no me duele.

- Me alegro - dije. le bese la cabeza y me puse a ver televisión junto a él.

El timbre sonó y me exalte. Me fije el reloj y ya eran la 1 de la tarde. Hoy sí que nos habíamos levantado tarde.

Romeo entró a la habitación todavía en piyama.

- Hoy nos levantamos demasiado tarde. - sonreí al notar que él había pensado lo mismo.

- Concuerdo. Cal, cámbiate de ropa ¿si?

Me levante y empecé a separarle la ropa para que vistiera hoy.

Vi que Caleb seguía viendo tele.

- ¿Cal? - No lograba llamar su atención.

- Enano, debes cambiarte. - le habló Romeo y mi hijo levantó la vista. Mire a Romeo y el me guiño el ojo orgulloso. Puse los ojos en blanco.

- No puedo con el yeso.- se quejó Caleb.

- Yo te ayudaré- se ofreció Romeo y me miró - ve a cambiarte si quieres. Mi madre ya está abajo con Walter y mis hermanas; tienen llave.

- Me cambio y bajo. - le avise y me fui.

Entre a la pieza para ponerme un jean mom, una remera roja y converse negras. Me aseé y baje.

Salude a toda la familia de Romeo y Paula me abrazo fuerte.

- No sabes lo que me alegra que hayan vuelto.

- Yo también estoy muy feliz. - le sonreí y ella me devolvió el gesto. - Voy a poner la mesa.

- te ayudamos - dijo Walter y los dirigí a la cocina. Empezamos a poner la mesa en la galería.

Perfecto desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora