Accidente pt. 2

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Los ojos de Romeo se abrieron como platos. Había preocupación y enojo en ellos. Baje la vista y la volví a la doctora.

- ¿quien te diagnosticó?

- Un médico junto a mi psicólogo.

- ¿Hay alguna causa?

- Al principio era por autoestima pero últimamente estoy bajo mucho estrés por un tema.

- ¿Nos podría dejar a solas un rato por favor? - le preguntó Romeo a la enfermera.

- Por supuesto. Pero que sea rápido.

Romeo asintió y se sentó en la camilla al lado mío. No lo podía mirar aunque sabía que el lo estaba haciendo.

- Mirame Sarah, por favor.

Yo negué mientras lágrimas caían por mis mejillas. El tomo mi mano y alce la vista por costumbre. Tomó mi mejilla y secó mis lágrimas con sus manos.

- ¿Por que estas estresada ahora mismo?

- No creo que te guste la razón...

- Dime.

- Jack me está persiguiendo. Se me insinuó muchas veces desde que esta en LA y ya dejo claro que Caleb no le importa y que sólo quiere tener sexo conmigo.

Lo mire y en su mirada había furia.

- Maldito hijo de puta- susurró Romeo.

- Te dije que no te gustaría.

- ¿y tuviste sexo con el?

- No y tampoco sería de tu incumbencia.

- ¿cómo sientes tu cuerpo? - me preguntó.

- ¿por esto de la anorexia?

- si.

- Estoy demasiado cansada y juro que si esa llega a ser la razón por la que choque, no me lo perdonaré jamás. Aparte de eso, me duele cada vez que me golpeo, aunque sea lo más mínimo. Y de fuerza ya perdí todo. Ni siquiera puedo levantar a Caleb.

El solamente me abrazo al ver que las lágrimas de impotencia volvían a florecer de mis ojos.

- Estoy cansada de sufrir por todo. Cansada. - confesé.

- Lo se, somos dos.

- ¿a ti que te sucede? - le pregunte.

- Mi padre me encontró la otra vez a la salida de casa. Vino a pedirme dinero para bebida. No lo veía desde hace aproximadamente 15 años.  Cuando le dije que no le daría ni mierda, intento pegarme y eso me trajo los recuerdos de cuando tenia 9 años. Comencé yo a beber después y esas dos próximas semanas lo hice sin parar. Sentía dolor y lo único que necesitaba era a ti y a Caleb.

Ahora yo lo abrace y lo sentí relajarse apenas lo envolví en mis brazos.

- Por cierto, ¿qué hacías en la carretera hoy a la mañana? Te quedaba en la otra punta.

Se puso extrañamente nervioso.

- Ummm, yo...

- ¿Romeo?

- Te estaba por ir a buscar.

Okay, eso fue lo que menos espere.

- ¿a mi?

- Si.

- ¿por que?

- Porque los amo y necesito a ambos, Caleb y a ti, en mi vida. Tarde, pero me termine dando cuenta que de verdad los necesito.

Perfecto desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora