ԃҽ́ƈιɱα ʂҽxƚα ʋҽʅα | σɳҽ ƚԋιɳɠ

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Ver al poderoso genio Saga de Géminis desesperado era algo realmente extraño, aún más tratándose de algo tan vano como los sentimientos o las relaciones

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Ver al poderoso genio Saga de Géminis desesperado era algo realmente extraño, aún más tratándose de algo tan vano como los sentimientos o las relaciones.

Ver a Saga con problemas amorosos, o más bien un amor presuntamente no correspondido era algo que parecía que ni en otros 200 años iba a pasar, inconcebible. Pero ahí estaba él, intentando actuar “cool” y calmado tan sólo para impresionar a la Saintia de Corona Boreal, pero al tenerla cerca o siquiera verla; toda valentía parecía desvanecerse y sólo se convertía en un torpe manojo de nervios y constante blanco de las burlas de Kanon (Y ocasionalmente de Aioros aún si este no tenía derecho alguno a bromear con eso).

Porque su estúpido corazón reaccionaba a esos estúpidos sentimientos detonados por Katya y simplemente comenzaban a acelerarse alborotados.

Simplemente porque Katya lo enloquecía cual Kryptonita y lo hacía perder toda compostura. Sencillamente estando con ella se sentía débil, congelado e incapaz de respirar.

¡Y por Athena! ¿Acaso Katya no notaba aquello que inspiraba en él? ¿Ella no notaba algo que según los idiotas de Aioros y Kanon era demasiado obvio? ¿No notaba que moría por ella? La necesitaba a su lado de una forma casi ridícula.

Katya no veía que ella tenía una cosa, algo único.

Cada vez que la veía Saga sentía ese maldito impulso de protegerla de todo, preguntándose si cabía en sus brazos y deseando decirle que saliera de una vez de su cabeza y viniese a ellos de una vez.

Aún si no sabía que era, sólo sabía que él necesitaba una cosa. Una cosa que Katya tenía.

—Le vas a abrir una herida en la espalda de tanto mirarla —El geminiano sólo volteó y miró mal a su compañero.
—No es de tu incumbencia, déjame en paz —Le dijo al arquero, quien sonrió divertido.
—¿Por qué no le hablas de una vez y le dices que la quieres en lugar de vivir mirándola cómo un acosador?
—¿Por qué no le dices a la señorita Ling que la amas en lugar de ponerte como tomate en su presencia? —La manera en la que el cuerpo del castaño se erizó y la mirada de odio que este le mandó fue suficiente para que Saga sonriera satisfecho, habiendo ganado la discusión.

Saga admitía que jamás había esperado o siquiera pensado que esos sentimientos llegarían a él, a su criterio una distracción en su deber para con la diosa. Pero ahora cada día tenía que tragarse una a una sus palabras del pasado (Junto con los sermones a Aioros) pues ahora era él quien intentaba escalar unos muros imaginarios que le impedían ver a la chica de cabellos platinados en todo su esplendor.

Y ella no se daba cuenta; no se daba cuenta de una vez de que él se desarmaba por ella, que permanecía en su mente de día y de noche.

Pero no todo era culpa de Katya; pues Saga admitía que él también era cobarde, no era capaz de acercársele como una persona normal y decirle directamente que deseaba conocerla mejor, saber su verdadero nombre, ese “yo” detrás de la equilibrada Saintia de Corona Boreal.

Ah, quien dijo que el amor era algo fácil no era más que un maldito mentiroso.

—Katya —La llamó una vez en cuanto una reunión terminó, la mujer se estaba alejando con su diosa, su líder y sus compañeras.
—¿Sí? —Con la serenidad que la caracterizaba Katya giró sobre sus talones para encarar al Santo de Géminis.

En el momento en el que sus miradas se encontraron, cualquier discurso u oración que el geminiano hubiese planeado fue por completo borrado de su mente.

—B-Bueno... Yo, eh —Diablos, de nuevo quedaba balbuceando como un estúpido—. No sé cómo decirlo... Pero..
—Yo no lo odio, señor Saga —La respuesta de la rubia descolocó a Saga.
—¿Eh?
—Asumo que viene a preguntarme si lo odio —No lo negaba, aquella cuestión había pasado varias veces por su cabeza—. Pero no se torture a sí mismo con eso. No fue su culpa y lo que pasó hace 13 años era algo que difícilmente se hubiera podido evitar —La chica sonrió levemente y Saga casi olvida como respirar-. No se preocupe, usted siempre será alguien importante para mí.

Usted siempre será alguien importante para míDefinitivamente Saga no se esperaba eso.

Si antes era torpe con las palabras ante esa chica, ahora su cara perfectamente podría hacerle competencia a un tomate maduro, quedando paralizado en su lugar y formulando un millón de frases incoherentes mientras la chica se alejaba.

Afortunadamente, fue Mu el que lo encontró en ese estado y lo devolvió a la realidad. De haber sido Kanon u otro de sus inmaduros compañeros probablemente hubiese sido víctima de burlas por un buen tiempo.

En fin, estando cerca de Katya el Caballero de Géminis dejaba de existir, el traidor y patriarca impostor dejaba de existir, el Santo más fuerte de su generación desaparecía por completo para dejar únicamente a Saga. El novato en el campo del amor que constantemente trataba de lidiar con esos sentimientos que la bellísima Saintia despertaba, deseando que entrase de una vez a su vida.

❝La felicidad es cualquier persona o cualquier cosa amada por ti.❞

Charlie Brown.

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Esto es una precuela de la novena vela “Happily”.

Vҽʅαʂ, ɱύʂιƈα ყ αɱσɾ 𝄞𝄢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora