ԃҽ́ƈιɱα ʂҽɠυɳԃα ʋҽʅα | σɾαɳɠҽ

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Un pequeño detalle especial para mi compañera c-cheshirecat uwu.

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❝La ausencia hace crecer el cariño, pero en definitiva te hace sentir muy solo.❞

—Charlie Brown.

Camus jamás sabría cuándo o por qué comenzó a sentir estas cosas por esa chiquilla de cabellos cobrizos.

No sabía cuándo comenzó a valorar aquellas veces que veían juntos el atardecer mientras el pequeño hombro de Arion rozaba su propio brazo, aquellas veces en las que solían conversar y reír de cosas sin importancia mientras él explicaba y contaba cosas para saciar la infinita curiosidad que poseía la muchacha, compartiendo los mismos sueños.

No sabía cuándo comenzó a perderse en las bellas turquesas que su joven alumna tenía por ojos y a sentir su corazón removerse cuando ella le compartía secretos y planes en su oído. Su voz permanecía clavada en su oído y su cercanía lograba ponerlo nervioso, naturalmente no lo demostraba.

Cuando Arion se marchaba de misión o simplemente salía con sus amigas no podía evitar sentir la casa de Acuario realmente sola, oscura y más fría de lo normal. Ya estaba acostumbrado a pasar las tardes viendo a Arion rondando por ahí y evitando a toda costa que intentara cocinar o rompiera algo, siendo tan distraída como lo era.

Tiene esa molesta tendencia de pensar en ella cuando está ausente. Algo que su amigo Milo ha notado y por lo que lo molesta seguido.

Pero no puede evitarlo, es la calidez de la melena cobriza de Arion; su bella aura la que tiñe la Casa de Acuario de naranja. Porque Arion poseía esa habilidad natural, cuando se retira de algún lado su ausencia se siente y uno suelta una risita extraña si la de Pavo Real lo dejaba solo.

Podría ser a veces una mocosa temperamental, insolente y ligeramente problemática. Pero inevitablemente uno terminaba tomándole cariño, ella era resplandeciente por naturaleza, brillando sin pausa... Y ese brillo acabó cautivándolo.

Ese primer rayito de sol que sale después de la fuerte tormenta, ese esplendoroso naranja que entibia su cristalizado corazón con una sonrisa. Esa era Arion, su alumna y la chica a la que en algún momento terminó amando.

Esa sonrisa; una sonrisa que Arion no le entregaba a cualquier persona a no ser que fuese alguien extremadamente importante para ella. Una sonrisa que sólo dos personas habían podido ver y que inevitablemente a él también lo hace sonreír.

Su querida Ari lo hace sonreír.

El acuariano no podía evitar pensar en cuando eran ambos sólo dos niños, él con doce años y Arion con diez. Inocentes muchachitos que dieron la fácil impresión de que no se soportarían al tener personalidades y carácteres tan contradictorios, y es que eran como agua y aceite. Que sorpresa se llevaron todos cuando resultó ser todo lo contrario, cuando los dos terminaron atesorándose como una de las personas más valiosas para el otro.

Y mientras las mañanas corrían, mientras las estaciones pasaban. Ese sentimiento de afecto que Camus guardaba por Arion terminó evolucionando, convirtiéndose en algo más. Mucho más fuerte y complejo.

Ni siquiera el mago del agua y el hielo pudo salvarse de eso llamado amor.

A veces en las noches, Camus sufre de ansiedades, ansiedades que no le permiten dormir; pues sus pensamientos lo traicionan y su alma comienza a anhelar la compañía de Arion. Ni siquiera para algo erótico, le basta y le sobra con que la de ojos turquesa se quede junto a él.

Y al parecer, el Acuariano no ve que su querida aprendiz también lo mira de una forma especial, piensa que sólo lo mira con el respeto de un maestro, a lo máximo como una especie de hermano mayor. No comprende que los sentimientos de la inglesa van mucho más allá.

Ambos están tan cerca pero tan lejos, la ansiedad de sus sentimientos los tortura constantemente. Pero el temor de que, al confesar sus sentimientos terminen arruinando ese vínculo que comparten, tan especial. Por ende, sólo pueden confiarle las inquietudes de sus corazones al anaranjado atardecer que contemplan día a día.

Lo suyo es algo especial, completamente único y diferente, que la gente común jamás podría comprender. Confían en el otro más de lo que lo han hecho en cualquier otra persona, Camus la conoce como a la palma de su mano y viceversa.

Es algo que no hace sino trascender, no importa si permanecen igual o llegan a sufrir algún cambio, se brindan felicidad el uno al otro aún en medio del carácter difícil ambos que poseen.

Camus sabe que, pese a conocerla tan bien aún falta mucho que recorrer para los dos, demasiado que conocer. También sabe que aunque Arion no le corresponda y encuentre el amor con otra persona, él sabrá afrontarlo, con dificultad pero lo hará. Camus sólo quiere verla feliz, le es más que suficiente con encontrársela a diario.

Así que, simplemente ambos permanecen así. Brindándose afecto y apoyo mutuo y dejando entrever sus verdaderos sentires, conformándose con la compañía del contrario.

Para Camus es más que suficiente el poder contemplar a esa belleza que es su compañera, interior y exterior; llamarla su alumna y amiga. Mientras las estaciones corren y su amor madura, los sueños crecen.

Y esa bella luz naranja atardecer es testigo de esa sintonía que entre ellos existe.

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Uff, pensé que no lo terminaría. Pero lo he hecho.

Espero que te haya gustado, Chesire. Gracias por permitirme usar a tu hermosa niña ^^.

Vҽʅαʂ, ɱύʂιƈα ყ αɱσɾ 𝄞𝄢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora