ԃҽ́ƈιɱα ϙυιɳƚα ʋҽʅα | ƈαɳƈισ́ɳ ραɾα ҽʅʅα

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Después de haber revivido a todos los Dorados y a Kanon por poco les dio algo al darse cuenta de que habían pasado casi siete años desde lo sucedido en el Inframundo y en Asgard, supieron cosas de las que solían no tener ni idea y habían conocido ...

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Después de haber revivido a todos los Dorados y a Kanon por poco les dio algo al darse cuenta de que habían pasado casi siete años desde lo sucedido en el Inframundo y en Asgard, supieron cosas de las que solían no tener ni idea y habían conocido a tantas personas nuevas que no habían visto nunca, como las Saintias y a la líder de estas, llamada Olivia.

Pero Aioros se había topado con una sorpresa todavía más grande cuando corrió hacia la casa de su amada, deseoso de abrazarla y jurarle que no se volvería a ir. Ya que notó que ella no vivía sola, ya no.

Le abrió la puerta la niña más linda que había visto después de la princesa Saori, cuyas facciones, tono de piel y ojos eran idénticos a los de Mei pero poseía un rizado cabello marrón igual al suyo.

—Mi mami salió de compras, vuelve más tarde —Le dijo educadamente la pequeña cuando le preguntó por Mei. Sintió que el tiempo se detenía.

¿Mei se había olvidado de él? Siete años era demasiado tiempo ¿Acaso había creado ya una familia con otra persona?.

Pero días más tarde él la volvió a ver, se veía ligeramente distinta, su aura había cambiado y sus curvas se veían mucho más marcadas.

—Su nombre es Shui, es mi hija... Y tuya, Aioros-kun —Le dijo cuando se reunieron—, nació un tiempo después de que desapareciste.

En ese momento el castaño quedó en Shock, pero posteriormente una alegría lo embargó haciendo que la cálida adrenalina cubriese su cuerpo. Sus ojos se llenaron de gotas cristalinas que no tardaron en rodar por sus mejillas, llorando sin pena frente a la mujer que amaba, y aún así, sonriendo...

Él tenía una hija, tenía una hija con Mei.

Posteriormente, a Mei casi se le sale el corazón del susto cuando Aioros cayó inconsciente sin aviso. A duras penas consiguió sostenerlo.

Y al despertar, se encontró en aquella casa que había visitado tantas veces; encontrándose con nada más ni nada menos que el infantil rostro de Shui, su hija.

—¿Se encuentra bien? —Dijo la pequeña con una dulce voz infantil—. Mi mami lo trajo inconsciente y estaba muy asustada.

Movido por un instinto y con una mirada especial Aioros levantó su mano y la posó sobre los suaves cabellos de la infante, haciendo sonrojar a esta.

—Tranquila, pequeña —Susurró mientras se incorporaba—. Estoy bien, todo está bien.
—M-Mi mami volvió a salir —Comentó la niña nerviosamente—, no tengo con quien jugar... ¿Podría acompañarme? —Terminó por preguntar Shui con algo de pena, sacándole una sonrisa cariñosa al castaño.
—Me encantaría.

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Vҽʅαʂ, ɱύʂιƈα ყ αɱσɾ 𝄞𝄢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora