ρɾιɱҽɾα ʋҽʅα | Kιʂʂ αɳԃ Mαƙҽ υρ

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Muchas veces Katya no comprendía, no se comprendía a sí misma, no comprendía sus sentimientos

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Muchas veces Katya no comprendía, no se comprendía a sí misma, no comprendía sus sentimientos. No comprendía su propia relación.

Suspiró pesadamente, Saga y ella no habían hablado en toda la mañana, el geminiano ¿La estaba evitando?

Ese hombre era demasiado complejo, demasiado impredecible. A veces Katya se emocionaba porque empezaban a llevarse bien y aún así, ella encontraba frustrante no saber que pasaba por la mente de Saga.

Terminaba golpeándose la cabeza varias veces contra la pared, intentando mágicamente poder saber lo que el Santo de Géminis pretendía o pensaba.

Acababa perdiendo el control, la frustración y cansancio la vencían. Cansada de lo mismo, cansada de hablar diciendo siempre las mismas palabras de siempre.

"Estaremos bien" Esas mismas palabras que no hacían más que perder fuerza mientras el tiempo seguía corriendo.

Aún así, Katya no quería llegar a una medida desesperada, porque a pesar de todo Saga era demasiado importante para ella. Ese amor era demasiado importante.

No quería perderlo, no quería abandonarlo sin pelear, no lo quería perder así.

Pero era inevitable, porque esa distancia que el de cabellos azules mantenía con ella últimamente le hacía sentir que iban a romper en cualquier momento.

Y ella no quería romper, esperaba que todo esto quedase en el pasado, poder perdonar y olvidar.

Sólo una vez más se besarían y se reconciliarían.

Katya quería nuevamente que Saga le pusiese las manos encima, tocándola como no tocaba a nadie más. No quería hablar.

Lo lamento.

Esas malditas palabras, siempre saliendo de los labios de Saga; la tenían harta. Se sentían vacías y la cansaba, le hacían ver lo mucho que su relación se estaba desgastando.

Quería llevárselo de allí, sólo lo quería sobre ella, dejar de pensar, olvidar todo esto. Ignorando todo peligro o enorme bache que tuviese lo que sea que había entre ellos.

Aún si realmente nunca llegaron a ese paso, para proteger el puesto del otro. Eso era lo que Katya deseaba, si era una manera de engañarse a sí misma y hacerse pensar que todo estaba bien.

Porque ella no lo quería perder, aún no estaba lista para dejarlo ir. Pues el ser humano es egoísta y obstinado, se rehúsa a aceptar los cambios.

—¿Qué estoy haciendo? —Era eso lo que se preguntaba con demasiada frecuencia para su gusto, tratando de hallarle pies o cabeza a todo esto.

Pero ella quiere ser positiva, quiere creer que sólo son simples tropiezos entre ellos y que tarde o temprano ese amor volverá a ser tan dulce y feliz como antes, con el mismo entusiasmo del amor primerizo.

Sabe que algún día todo va a cambiar.

Sin embargo, la joven de cabellos platinados sabe que no puede permitirse el más mínimo descuido, porque si algo así volviese a pasar sería completamente irremediable. Se daría cuenta de que ya no existe manera de salvar su relación con el Santo de Oro y quien alguna vez fue su héroe y superior.

Simplemente ya no habría nada que hacer, por eso no puede fallar.

Porque ella sabe que aún es posible, aún no es el fin.

Por más que las posibilidades y sus compañeras le digan lo contrario; no piensa desesperarse, no puede entrar en pánico ahora. Ella y Saga todavía tienen una oportunidad.

Mii y Kyoko intentan decirle que está exagerando, que sólo se hace daño aferrándose de esa manera a algo que sencillamente no tiene futuro. Pero Katya no las escucha.

Porque quiere que Saga la bese sin más, sin esas molestas disculpas. Hacer las paces en silencio.

Ella no necesita nada más, porque ella conoce a Saga. Ella percibe esa bondad que tristemente él se ha vuelto incapaz de notar, sabe que la ama y eso le basta.

Con tenerlo a su lado le basta.

¿Todo eso se resolvería? ¡Por supuesto que sí! Sólo era cuestión de esfuerzo.

Katya desea que las ganas de vivir regresen a su amado, volver a ver esa cálida sonrisa en el rostro del de cabellos azules y sus ojos viridian brillando con la misma voluntad de antaño. Aquella primera vez en la que se conocieron.

¿Realmente podremos solucionar todo esto? Dímelo, Saga.

Las dudas asaltan sin parar su cabeza, pero ella no lo permite; no dejará que su determinación flaqueé.

Sólo por hoy, ella no lo dejará hablar, no dejará que la irrite con sus eternas excusas y disculpas, sólo pedirá que la abrace que la toque y que la bese.

Y que nuevamente, con un beso hagan las paces.

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Howdy! He regresado como la vaga que soy XD. Seguramente los fans del SagaxKatya me van a odiar pero me inspiré en la canción y en un fic que leí en Fanfiction.

Les prometo que usaré esta pareja para capítulos más felices... Bueno, en realidad no.

Vҽʅαʂ, ɱύʂιƈα ყ αɱσɾ 𝄞𝄢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora