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-Azhir....- mira a los ojos carmesí del cambiaformas

-Almería....- Azhir fue silenciado con otro beso

-sólo tú puedes llamarme Claris- sonríe sonrojada -serás mi esposo, ¿cierto?- preguntó con cariño

-por supuesto que seré vuestro esposo- besa la frente de la joven -si deseas que te llame así, por mi no hay ningún problema- besa a la joven en los labios depositando un suave y corto beso -mi hermosa Claris-

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-¿Claris es su hija?- preguntó el príncipe ganándose una mirada de rabia por parte del mayor

-¡que clase de pregunta es esa!- exclamó molesto -¡ella es mi hija!- contestó

-ella no se parece en nada a usted o a su difunta esposa, señor- articuló Albert con tranquilidad -vuestro cabello es castaño y el de su esposa era negro- comentó seriamente

Ronald suspiró al darse cuenta de que era inútil intentar ocultar lo obvio -hace veinte años, vuestro padre trajo a Claris a nuestro hogar- comenta -él sabía que mi esposa no podía dar a luz y por ello nos dejó la tarea de cuidarla como nuestra. Al principio estuve en contra pero, cuando ella despertó a la mañana siguiente preguntándose quien era y quiénes éramos nosotros yo me sentí tan culpable porque ella ya debía de tener una madre y un padre, y esos no éramos mi esposa y yo, pero Alois habló primero que yo diciéndole a la joven que había tenido un accidente en el cual perdió la memoria, que nosotros, sus padres, estuvimos preocupados de que nunca hubiera podido despertar-

-¿Tiene alguna idea de quién podría ser esa joven?- preguntó el príncipe, el hombre negó -esa joven peliroja es la hija menor de la gran madre tierra. Es la hija de una diosa ¿Sabe lo que eso significa? Ella pudo haberlos borrado de la existencia del mundo pero eso no paso porqué había perdido su memoria y no recordaba su pasado- se levanta de su asiento -debo de buscarla y hablar con ella, necesito entregarle algo que creo que es importante. Ustedes vivían casi a las afueras del pueblo ¿Conoce algún reino escondido?- el hombre negó Albert no dijo más y se retiró.

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-¿Te has vuelto loca muchacha?- exclamó molesta Mithian

-guarde silencio, antigua reina de pendragon- dijo Agatha

-¿Acaso todos están locos? Ir al reino de pendragon, es un suicidio. Y más para vosotros que ya estáis enlazados-

-reina Mithian, es primordial el recuperar el libro de la vida. Es un arma mortal en manos equivocadas, con ese libro y conociendo su función podrían reescribir el futuro incierto, todo se volvería un caos.- responde Almería Claris

El Último Cambia Formas DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora